domingo, 3 de abril de 2011

La psicología científica.

La mayor parte de las personas que conozco no saben demasiado acerca de que es la psicología, o a que nos dedicamos los psicólogos. Se suelen repetir prejuicios, rumores y demás lugares comunes. Tampoco me quejo. La triste verdad es que la mayor parte de los psicólogos que conozco tampoco creo posean una respuesta, seria, a la citada cuestión. Imagino que se debe a que, como muy acertadamente señalaba Thomas Khun, la psicología carece hoy de un paradigma unificador. Esto genera el problema de que existan casi tantas psicologías como psicólogos. Psicoanalistas, gestalticos, cognitivos etc. todos ejercen su desempeño profesional cada cual desde su propio paradigma, es decir, con su particular visión del mundo. Esto es común a la mayoría de disciplinas humanísticas. Sin embargo, nosotros los psicólogos, a diferencia de de otras formas de acercarse al saber, nos dedicamos entre otras cosas a la cura, es decir al alivio del sufrimiento.

Eso nos coloca frente a un conflicto. ¿Como afrontar de manera responsable el dolor psicológico humano?

La psicología científica se plantea como la
base de una supuesta "nueva revolución" en el
conocimiento del psiquismo humano.
Son muchas las voces que plantean como solución transformar a la psicología en una disciplina "científica", realizando experimentos acerca de todas las situaciones humanas posibles. La ventaja de esto sería lo aparentemente incuestionable de los resultados. Es decir que la frase "está científicamente demostrado" actuaría como aval frente a cualquier posible afirmación del profesional psicólogo o psiquiatra. La verdad es que, dicho así, suena bastante bien.

Sin embargo, desgraciadamente, las cosas no son siempre tan buenas como suenan en un principio.

En primer lugar por a la multitud de hechos humanos. Somos una especie altísimamente compleja. Millones de culturas, nombres, ideas, tipos de pareja, costumbres, religiones, liturgias y así podríamos continuar hasta el infinito. Solo hay que abrir cualquier diario dominical o esperar a las últimas noticias de cualquier noticiero para leer o escuchar esos absurdos estudios que correlacionan variables ( recordemos la ya célebre universidad de Massachusetts y sus mediáticos estudios ¡Je!). Absolutamente inútiles para los problemas de la vida cotidiana. Como el estudio que relaciona el número de personas que tenemos en nuestra red social con el tamaño de la amígdala, por poner uno de tantos absurdos ejemplos posibles. ¿Cuantos estudios científicos específicos serían necesarios para comprender minimamente a un ser humano? La respuesta es clara: Infinitos. ¿Cual es el resultado de todo esto? Una nueva e incipiente especie de psicólogo: El psicólogo especialista (P.E.). El P.E. es aquel psicólogo, generalmente de carácter mezquino y trepador, que ha memorizado muchos estudios sobre su supuesta área, y que solo sirve en teoría para un tema, su tema.

Estudiar científicamente cada ramificación de la conducta
humana, es tan inútil como querer entender una melodía
observando sus notas por separado.
Sin embargo, para desgracia de los P.E y la humanidad entera., se sabe que en psicología, a más te especializas sobre un tema en concreto, menos sabes acerca de nada en general. Ni siquiera del tema sobre el cual supuestamente te especializaste. Estos personajes terminan siendo carne de artículos sensacionalistas de revistas dominicales. Confieso que conozco algunos, y la verdad, son seres patéticos. Pues como vampiros se alimentan del dolor de las personas que humanamente sufren el tema por el cual supuestamente se especializaron. Este es el origen de las famosas "asociaciones" e incluso "clubs", dedicados a la solución de un síntoma en concreto. Solo cabe una palabra para estos seres: Chorros.

El segundo problema de los estudios científicos en psicología hace referencia al hecho de lo enormemente contradictorios y poco concluyentes que estos son. Hace poco escuchaba como un eminente cardiólogo se sorprendía al ver como todo lo que hasta el momento se daba por hecho en cardiología, era ahora refutado por estudios recientes. Concluyendo así que el método científico no era precisamente algo irrefutable. Y así es. De hecho, genera estructuras de conocimiento enormemente inestables. Cosa en principio buena ya que permite al conocimiento científico avanzar muy deprisa. Sin embargo, estas contradicciones entre los propios estudios también ponen de manifiesto la falsedad de la supuesta "infalibilidad" de la ciencia. Lo cierto es que a más se acerca esta al estudio de los temas subjetivos del hombre, más contradictoria y equívoca se vuelve. No podemos por tanto continuar sosteniendo la falacia de que la psicología científica resulta una forma de psicología menos cuestionable. Y es que la seguridad del método científico, no es tan segura.

El tercer problema se refiere a los límites de la objetividad. Pues no olvidemos que la dimensión psicológica humana es subjetiva. Lo que quiero decir es que podemos hacer una escala de uno al diez para medir el amor. Es verdad que podemos hacerla. Si, en serio. Pero lo que jamás podremos hacer es entender el amor con esa escala. Tampoco podremos mediante este método entender las lágrimas de un paciente por mucho que midamos la correlación entre sus lágrimas y el tamaño de su sistema limbico. O de la relación entre el tamaño de la agmigdala y el tamaño de nuestras redes sociales. Lo peor de todo es que, por muy estúpido que os parezca esto, hay miles de psiconeurólogos en todo el mundo que se dedican a realizar este tipo de estudios pedorros. De verdad, no es chiste.

Quiero aclarar que no niego el valor de muchos de estos estudios. Solo lo relativizo. Pues si bien hoy parecen estar de "moda". Solo se necesitarán unos cuantos años para que quede en evidencia que no son precisamente una panacea.

Una vez descartadas las neurociencias, y demás formas de aplicación del método científico en psicología, entendidas como respuesta al reto de que hacer frente al sufrimiento, nos continua quedando la duda de como continuar trabajando responsablemente frente al dolor psicológico humano.

Hay una belleza que nos rodea. La sistémica
se encarga de la tarea de intentar
comprenderla.
Puede que la respuesta se encuentre en la epistemología cibernética. La epistemología cibernética hace referencia al estudio de la regulación de los sistemas. De como los sistemas vivos se autorregulan y se perciben entre sí. Como he dicho en otras ocasiones, estudía las leyes inmanentesde todo lo vivo. Esas leyes, de caracter intangible, se pueden encontrar en todos los procesos humanos: Desde una célula hasta en la estructura estético analógica de una religión. De esta forma, bajo los principios de la cibernética, no descartamos nada. Todo puede ser entendido y asimilado bajo su óptica. La llamada ciencia dura se ve obligada a gastar demasiadas energías en definir que es ciencia y que no lo es. Tampoco me parece mal. Solo planteo que esa dificultad la obliga a descartar realidades ante su imposibilidad para ser probadas. La sistémica o cibernética no tiene ese problema. Su análisis está dirigido hacia la validez de los procesos de relación mediante su lectura estética. Y esa es la palabra clave. Estética. Ya que como bien señaló Bateson la estética es inmanente al sistema. En otras palabras, todo está rodeado de belleza. ¿Por que no siempre la podemos ver? Desde nuestro modelo lo explicamos como el "ruido" en la comunicación. El ruido en la comunicación es como poner 7 hemosas melodías a la vez. Al hacerlo pasan a ser ruido. Así sucede en todos los órdenes de la vida. Las leyes de interacción humanas, son sistémicas, y por tanto estéticamente coherentes, bellas. Lo que sucede es que es tanta la belleza que nos rodea, que si no sabemos filtrarla, simplemente se nos mezcla, transformándose en ruido.

En conclusión, el modelo sistémico continúa planteándose como instancia teórica integradora y superadora frente a los permanentes embates del psicoanálisis más ortodoxo y la neomoralina objetivista.

Corren tiempos difíciles para la sabiduría.

Escribiendo seriamente desde el sur del sur.

Lic. Unai Rivas Campo.

Y para leer algo no tan serio pero mucho más hermoso...

3 comentarios:

  1. Vaya coincidencia, amigo Unai. Hablábamos de lo mismo, sólo que yo lo hago desde la impunidad absoluta que me otorga la ficción. Soy un cruzado más a favor de la exclusión del psicoanálisis por fuera de la ciencia; es más, te diría que por fuera de la Academia. En Francia y en Argentina (tierras tan fértiles para el psicoanálisis como para el Malbec), el psicoanálisis no ha sido cooptado por los claustros universitarios. Y en buena hora! Cómo universalizar la angustia? Cómo reproducir mediante el método científico algo tan singular como la propia existencia y sus meandros? Lo de la epistemología cibernética lo dejo para cuando nos tomemos un vino, porque ahí me perdí. Abrazo
    (Nada de anónimo, soy elpini)

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  2. Eso es lo maravilloso de la ficción. Por desgracia, carezco del talento necesario para ella y, me tengo que conformar con el uso de la argumentación. Quizá algún día se llegue a considerar al arte como la ciencia suprema... pero mejor lo dejamos para el día en el que nos tomemos ese vino y pueda compartir con más claridad eso de la cibernética.
    Un abrazo.

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  3. Me di cuenta que estoy loco mas alla de la redencion

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