jueves, 10 de febrero de 2011

Pedir, agradecer y elegir creer.

Los psicólogos trabajamos con la subjetividad. ¿Que significa eso? Que no tenemos tuercas para desatornillar, ni órganos para operar, ni bisturís,  ni nada. Trabajamos con lo intangible. Con estructuras estéticas. En otras palabras, con las leyes de la belleza. Repito y desarrollo: Cada modelo psicológico es un intento de entender esas pautas estéticas inmanentes a todo los vivo. De como éstas nacen, viven o mueren. Todos lo psicólogos, con mayor o menor torpeza, nos dedicamos a ello.

Trabajamos con leyes invisibles.
Estas leyes son estéticas.
Los psicólogos trabajamos con la belleza.
Aclaro esto porque en las siguientes líneas voy a hablar sobre Dios. No entendido como como algo objetivo sino como realidad subjetiva e interpersonal. Pues Dios, al igual que sucede con el amor o con la risa, es una realidad fenoménica incuestionable. Vivenciada por millones de personas en este planeta. Recuerdo como alguien muy querido siempre me decía que las cosas que más nos pueden afectar resultan imposibles de ser tocadas, medidas o pensadas. Así, que Dios exista en términos objetivos, o no, es algo que honestamente me importa bien poco. El Dios del que voy a hablar habita en los corazones de las personas, sean estas creyentes, agnósticas o ateas. Es un sistema. Un conjunto organizado de creencias compartidas internas y externas que, con diferentes formas y mensajes, ha sido el permanente compañero de viaje de nuestra especie desde aquel lejano día en el cual nuestra conciencia despertó por primera vez.

Paso sin más preámbulos a la historia que da origen a estas líneas. Hace algunos años me tocó trabajar con una persona que estaba a punto de perderlo todo. O al menos todo aquello que en aquel momento le resultaba importante en su vida. Recién comenzábamos a conocernos, cuando por esas casualidades o causalidades de la vida, ocurrió algo que la llevó a un estado prolongado de pérdida de conciencia. Cuando despertó, habían quedado grabadas en su mente tres palabras:  Agradecer, pedir y creer. Estas palabras fueron la base de su proceso de crecimiento posterior. Pero también dejaron una huella muy importante en mí. Decía el gran Carl Whitaker como un buen terapeuta era aquel que apostaba su propio crecimiento junto con el de su paciente. Esté caso fue un claro ejemplo de ello.

Agradecer.

El mercado fomenta valores omnipotentes pues
la persona omnipontente siempre quiere más.
El occidental promedio vive permanentemente bombardeado por la cultura del "imposible is nothing", de la omnipotencia. Decía en otros escritos como la omnipotencia era la creencia más o menos asumida por las personas de que en esta vida todo se puede, o al menos más de lo real y humanamente posible. La omnipotencia es un componente psicológico que no acepta límites. Marcado por la arrogancia. Una consecuencia de ello es que cada vez nos creemos más responsables de nuestros éxitos, sin darnos cuenta de que al hacerlo, ampliamos el círculo de nuestros fracasos, de nuestras culpas. De esta forma, la mente omnipotente realiza el siguiente diálogo interno: "si creo que todo lo puedo en esta vida y fracaso, entonces ese fracaso será culpa mía".

Agradecer a Dios, como cada uno desee entenderlo, nos permitirá renunciar a nuestra omnipotencia. Darnos cuenta de los múltiples factores externos existentes a nuestro alrededor, haciéndonos más humildes, y quizá incluso un poco más sabios. Ya que al no creernos tan importantes, no nos vanagloriaremos de nuestros éxitos pero tampoco nos hundiremos con nuestros fracasos. Además, al igual que en las religiones orientales donde atención sobre nuestros diferentes estados de conciencia resulta vital, agradecer nos dará la posibilidad de tomar una conciencia más clara de los aspectos más saludables de nuestra vida. Decía Ronald Laing que en esta vida, lo obvio, resultaba aquello más complejo de ver para todos nosotros. Así, agradeciendo, cada día, levantamos el manto que cubre nuestras pequeñas felicidades cotidianas.

Pedir.

Pedir es reconocer una carencia o limitación. Aceptar el hecho de que el éxito o el fracaso será análogo a ese ave lejana, visible pero inalcanzable llamada destino. Demasiado ajena a todos nosotros. No será posible por tanto culparnos o enorgullecernos demasiado frente a él. Pero no nos engañemos, pues pedir, en términos espirituales, será también un compromiso activo en el cual elegiremos caminar hacia aquel deseo abiertamente reconocido y expresado. De esta forma, pedir nos hará responsables de nuestras peticiones, instándonos a avanzar humildemente en dirección a ellas. De este modo, aquel que pide a Diós, desde una verdadera honestidad espiritual, sentirá una paz trascendente, superadora y duradera. Más allá de la consecución, o no, de lo que por nosotros fue pedido. Así es que "Pedír", a diferencia del clásico exigir, será la puerta de entrada a un estado de conciencia más saludable del ser.

Elegir creer.

Recuerdo un pasaje del "Viaje a Ixtlan" donde Don Juan le expresaba a Carlos Castaneda como sus enseñanzas precisaban de algo que él llamaba "elegir creer". También vienen a mi mente las palabras de Kierkegaard cuando hablaba de como el hombre, para vivir con fe, necesitaba sí o sí dar un salto hacia el vacío, un salto de fe. Un reconocido y muy criticado autor popular proponía su personal versión de esta idea: Vivir es correr riesgos.  Saltar al vacío, elegir creer, tirarse a la pileta... todas ellas metáforas que me recuerdan muchísimo a Sarte con su concepto de hombre "arrojado al mundo". Creo que la diferencia consistirá en que algunos se arrojarán mientras que a otros, a causa de su pasividad, serán arrojados. Así se crea el dilema: Arrojarse o ser arrojado, vivir o ser vivido, existir o ser existido.

Un salto de fe
Hacia un mundo nuevo
Hacia un hombre nuevo.
Eso es pues "elegir creer". Una forma de decidirse de manera libre y responsable por una concepción del mundo, una brutal apuesta hacia la vida, un compromiso activo con una existencia determinada. Para algunos será desde la fe, para otros quizá desde la política, puede que muchos se decanten a su manera por las dos. Pero lo cierto es que la fe, ya sea desde el renovador "un mundo mejor es posible" o desde la libre entrega a ese "poder superior", sin duda nos liberará, haciendo de nosotros hombres y mujeres nuevos, mejores.

Sé que son muchas las personas que descreen de la religión. Comprendo sus motivos. Algunos dirán que su desconfianza proviene de los manejos de las iglesias. Comprendo sus motivos también. Como no hacerlo si yo pensaba de igual manera. Pero este es un mundo postmoderno, otra realidad. Lo que era malo antes es ahora maravilloso en comparación con lo que se viene. Es verdad que por desgracia Benedicto y sus amigos están apoyando desde hace muchos años al bando equivocado, a ese que los barrerá a ellos inmediatamente después de habernos barrido a todos los demás. De hecho, ya está empezando. Y si no mirad la televisión. Viereis como los grandes grupos económicos, esos a los que tanto apoya la alta jerarquía eclesiástica, fomentan desde los medios de su propiedad despiadadas y cínicas críticas a toda forma de fe. Un caso increíble es el del presidente Berlusconi en Italia, al que ya solo le falta violar a una niña de doce años delante del Papa para que desde el Vaticano, por fin, se tome la decisión de retirarle el incondicional respaldo recibido hasta ahora. Sin embargo, las pésimas decisiones tomadas por un pequeño grupo, ya al borde de la extinción, no deberían confundirse con el verdadero espíritu de las Iglesias, ese por el cual el mercado también las tiene en la mira: Los valores comunitarios. Y es que no olvidéis que allí donde hay una comunidad organizada con una epistemología común, el neo liberalismo miserable lo tendrá mucho más difícil para penetrar.

Ojalá, cada uno desde su lugar, fe o ideología se siga jugando por aquello que cree. Porque hoy, para esos cientos de pueblos que viven atrapados bajo el yugo del imposibilismo, del racionalismo agónico e inmovilizante, elegir creer quizá hoy sea su única y última esperanza.

Mi esperanza.

Escribiendo desde el sur del sur.

Lic. Unai Rivas Campo.

11 comentarios:

  1. Unai, hay ya tantos convencionalismos que irritan el tan manoseado espíritu también y cómo!!!Si bien el encuadre me hace coincidir en mucho.Para ti mi saludo y afecto.

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  2. Unai: Con toda la humildad que poseo y la que pueda sumar mientras pienso en tu texto… Empiezo diciendo que acuerdo con la perspectiva delineada en este texto pero también entiendo que hay otra posibilidad (entre miles, claro), a saber:

    Recuerdo haber escuchado en un reportaje a alguien, filósofo él, que ante la pregunta del periodista…
    -Usted cree…? (no recuerdo cómo seguía la pregunta…)
    Él respondió:
    -Por empezar no se trata de creer, qué es creer, se trata de pensar…

    Y eso encuadró conmigo. Por ahí voy entonces…

    Que Dios (acompaño tu mayúscula) sea una realidad fenoménica incuestionable, vivenciada por millones de personas en este planeta, como vos decís, es, claro, incuestionable.
    Que no se trata de Dios como existencia objetiva quita de plano parte de la discusión, cosa que me alivia… porque entiendo que no se trata de Dios sino de lo que vincula a un sujeto a Dios. Tal como vos decís, lo mismo que el amor, la risa, etc… finalmente una emoción, un sentimiento...
    Igual allí me atrevo a distinguir el amor a alguien, aún cuando ese alguien sea posible proyección de uno o no, es alguien al fin; o la risa provocada por algo…; que aquello que es absolutamente imaginario.

    Me atrevo a decir que hay sujetos, (no me atrevo a decir –yo- porque no creo que sea la única a la que le sucede esto) que no poseemos ese sistema de creencias compartidas internas ni externas aún cuando tengamos fervientes inclinaciones políticas porque, entiendo que allí, al menos en mi caso, no se trata de creencias (explico más adelante esto…).

    Que es una posibilidad o una condición de nuestra especie, sin dudas. Sucede que tal condición no considero que sea excluyente. Soy de las que piensa que cuanto menos sostenidos en creencias estemos más posibilidad de realidad por lo tanto de transformación si eso quisiera la humanidad porque tampoco es una condición que la especie humana pretenda eso…

    Te pido permiso para plantearte esto así: Así empiezo mi primer día de clases en la materia Sociología. Sirve como ejemplo para explicar cómo lo pienso:

    -¿Por qué tenemos que hablar de nosotros mismos? Por qué desde la sociología nos concebimos como objeto de estudio…? ¿Por qué no está dado por hecho que sabemos lo que somos, cómo somos, etc, etc…? La respuesta a la que nunca llegan los alumnos es simple (aunque todo lo que dicen está bien…) Porque somos complejos
    Y por qué somos complejos?
    (Después de muchas respuestas, salto a otra cosa)
    -Por qué los animales matan?
    Para comer, para defenderse,

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  3. -Muy bien, ¿Por qué los animales se aparean?
    Para reproducirse…
    (Sigo)
    -¿Por qué los hombres y mujeres, la especie humana, mata?
    Por locura, por ambición, por venganza, por error, porque se emborrachó, por egoísmo, por plata, por odio, por amor, por placer, porque sí… etc, etc
    -Por qué los hombres hacen el amor o mejor dicho tienen relaciones sexuales?
    (Ellos siempre dicen por amor y por placer a lo que yo agrego con cara desconfiada… ¿siempre es por amor, o por placer? (y contesto yo misma)
    Noooo, por locura, por ambición, por venganza, por error, porque se emborrachó, por egoísmo, por plata, por odio, por amor, por placer, porque sí… etc, etc..
    Por lo mismo que por lo que mata ¿no?

    La diferencia entre la especie animal y la humana es que la primera posee fines canónicos. La información genética de la especie tiene un solo objetivo y es la reproducción. En cambio nuestra especie no tiene fines canónicos, nuestra especie desde el momento que la atravesó la cultura dejó de tener condiciones instintivas propias de la especie. Tal diferencia está dada por la existencia del lóbulo frontal que le permitió poseer lenguaje simbólico, por lo tanto pensamiento simbólico. La especie animal sólo llega a lo que se denomina protolenguaje pero ningún animal puede resolver esta ecuación si ´a = b y b = c entonces a =c´. No hay funciones superiores en la especie animal, sólo logran una inteligencia equiparable a la de un niño de 2 ½ años más o menos. (Al menos hasta lo que hoy se ha descubierto)
    Ese lenguaje y pensamiento simbólico hará en la especie que lo filogenético esté supeditado a lo epigenético, no en lo estrictamente biológico, claro, aunque tb, porque un niño al que desde el momento de nacimiento no se le enciende la luz no poseerá capacidad de visión aun cuando su genética lo predisponga a la posibilidad de ver. Pero sí, y mucho más en todo lo referido a lo cultural, el medio ambiente define las predisposiciones genéticas de la especie. No es lo mismo una cultura muy hablada que otra que no lo es…
    Lo cierto es que como dice Castoriadis (a quien ya sabés tanto me aferro) -la especie humana es la más irracional de todas las especies-. La especie humana es loca porque no tiene fines en sí misma… En algunas culturas, como la occidental, tener hijos es de un valor amoroso extraordinario y en otras culturas, o contextos, ha sido y es un recurso para objetivos económicos y así según la cultura de la que hablemos…
    De allí que las creencias, entiendo, son una posibilidad pero no una condición. Las creencias han sido inventadas como casi todas las construcciones humanas y son permeables a más o menos porcentaje de la humanidad según cuáles sean las condiciones para acoplarse a ella.

    De aquí trato de manifestarte lo que pienso…

    Me limito a decirte lo que pienso a modo personal porque no me sale en este caso generalizar… Pido disculpas por ello pero quiero ser honesta con mi postura. Seguramente habrá gente que la acompañe pero no lo sé. Pocas veces tuve la

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  4. oportunidad de plantearlo así. En muchas oportunidades, la mayoría, hablar sobre la existencia y/o creencia de Dios me llevó a discusiones fútiles y a peleas innecesarias así que hace bastante tiempo que no planto bandera sobre ello porque no creo que sea útil. Cada cual pone sus emociones y sus afectos donde quiera, en realidades o imaginarios. Lo único que me cuesta tolerar es cuando entran en juego conceptos como destino, resignación, perdón y castigo… ahí ya me subleva porque muchos pueblos han vivido subsumidos en la marginalidad o en la injusticia por considerar que es producto del destino y/o por resignación no han tenido instrumentos para pelear…

    En lo personal estoy lejos de considerar que todo es posible o el “just do it” Sólo hazlo que si quieres va a suceder… de ninguna manera. Casi, casi que lo contrario. Aún si tuviera posibles o supuestas condiciones para lograrlo “todo” hay, en cada contexto, limitaciones propias y objetivas que no hacen posible tal condición. En occidente al menos está más que claro. Dígase el poder, el dinero, las geografías, el azar, los contextos, la historia, los talentos, las madres, la familia, los trabajos, dejan condiciones pero también limitaciones.

    Claro que cuanto más autónomo se es, menos endogámico y menos aspiraciones de consumo o de trascendencia se pretenda más posibilidades de que el entorno se parezca a lo que se desea, porque se empieza a tener más claro qué se desea si se prescinde honestamente de aquellas cosas…

    Entonces no existe la idea de fracasos para mí sino de posibilidades o imposibilidades, mías, si acepto mis limitaciones y del entorno si de allí surgieran.

    Por qué pienso esto… Porque en primer lugar entiendo que la especie humana es tan significante o insignificante como cualquier otra. Que no poseemos más condiciones que las orgánicas, que es la que nos diferencia de la especie animal, pero que por todo lo demás estamos en el mundo por las mismas condiciones naturales, físicas, por lo tanto, azarosas, que por las que una mosca algún día se volvió mosca.

    Claro está que nuestras funciones superiores nos permiten mayor intercambio con la naturaleza y mayores posibilidades de producción y hasta ahí… Quisiera ver a algún humano intentando lograr el entramado de una tela de araña… Condiciones intelectuales en tal caso o artísticas si no consideramos a la tela de araña un arte…

    Lo cierto es que entiendo que las creencias no son inmanentes, o sí, como posibilidad simbólica de la especie, en tal caso, como decía al principio, pero no son excluyentes.

    Sigo hablando desde mí: Yo me considero humilde no porque sea menos omnipotente sino porque como parte de la especie no considero que sea poseedora de ninguna excepcionalidad, sólo los recursos propios de la especie tan interesante o insignificante como cualquier otra especie. Porque soy parte

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  5. ínfima, muy ínfima del planeta, tanto como una mosca y porque la vida es tan fugaz como cualquier otra cosa que pasa un instante efímero por el universo en millones y millones de años de aparición de la vida terrestre al menos.

    Agradecer:
    Si se trata de agradecer, diría, agradezco a que por azar fui yo (y eso no quiere decir nada porque si fuera otro no habría conciencia de que no fui yo) quién en esa maravilla de la naturaleza que es la concepción, entre miles de posibilidades me convertí en embrión, feto, bebé y sujeto con los tiempos del desarrollo. A veces te confieso no lo agradezco tanto… pero como en general las producciones humanas me interesan, la naturaleza me conmueve y el conocimiento también, sólo por ello me gusta la idea de la vida, pequeñísima, pero vida al fín.

    Pedir:
    Por lo mismo que por lo que decía el pedir es una condición que entiendo posible producto de las limitaciones de las que hablaba… pero pedir para mí se trata de cuestiones concretas, a personas concretas si es que necesito de algo o alguien para poder alcanzar algo que deseo… En otros casos más que pedir es confiar en la responsabilidad o conocimiento humano si se trata de una enfermedad, sabiendo siempre que puede no dar resultado dado que el otro es humano por lo tanto tiene responsabilidades, aptitudes, o nada de eso… y en tercer caso confío en la responsabilidad si se trata de una decisión del Estado por ejemplo etc, etc…

    Sin dudas vivir es correr riesgos, arrojarse al mundo, claro, acuerdo. Si de Sartre se trata…… pero por la sola razón que no hay otra posibilidad que la de estar parados en este mundo con la finitud del caso y considerando siempre la insignificancia del ser y la significancia de la vida propia que es la que está y la que uno va construyendo como desea, puede y se va dando, en el transcurrir del tiempo, sabiendo además que la vida puede dejar de ser en cualquier momento pero sosteniendo la posibilidad de que vaya durando… y más aún como suelo decir, ardiendo…

    Vos decís:
    “Eso es pues "elegir creer". Una forma de decidirse de manera libre y responsable por una concepción del mundo, una brutal apuesta hacia la vida, un compromiso activo con una existencia determinada. Para algunos será desde la fe, para otros quizá desde la política, puede que muchos se decanten a su manera por las dos. Pero lo cierto es que la fe, ya sea desde el renovador "un mundo mejor es posible" o desde la libre entrega a ese "poder superior", sin duda nos liberará, haciendo de nosotros hombres y mujeres nuevos, mejores”.

    Acuerdo con eso en general, excepto por lo de “elegir creer”. Eso lo traduciría como -elegir ser-, sabiendo que ese mundo renovador, pese a lo que yo haga puede no ser posible pero no desde la entrega a ningún poder superior, sólo en la puesta de confianza a que la humanidad puede ser mejor, tanto como peor, por lo tanto la posibilidad de que sea mejor es posible. Siempre considerando mi

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  6. perspectiva de lo que es ser mejor, cosa que puede ser un profundo error, no porque lo sea sino porque es sólo una posibilidad entre tantas…

    Y agregás: “…Los valores comunitarios. Y es que no olvidéis que allí donde hay una comunidad organizada con una epistemología común, el neo liberalismo miserable lo tendrá mucho más difícil para penetrar”.

    Entiendo que los valores comunitarios no pertenecen a ninguna religión ni fe de manera excluyente, pertenece también a quienes la consideramos porque entendemos la vida humana y de cualquier especie como una “obra” maravillosa, sobre todo por lo azarosa, que producto de la naturaleza, posee existencia. El valor humano es construido socialmente y por lo tanto supone mucha más conciencia para su sostenimiento porque finalmente así como es, puede no ser… Es un valor “inventado” construido, no tiene origen per sé… Por lo tanto los logros de la humanidad hablan bastante bien de la humanidad pero no es inmanente a ella…

    Claro, te contesto en la última frase, pero tb me parece que donde hay una comunidad teológica o muy metafísica hay posibilidad de penetración por el encanto del destino, de un superior que toma decisiones. Lo otro es la defensa de una cultura común, de una matriz de pensamiento propio y terrenal que pone al otro en el mismo sitio, por lo tanto contra su penetración puedo pelear…

    La ideología sí considero que es una posibilidad cuando se trata de defender todo aquello que la humanidad va considerando y supone como el bien común… No por fe, ni por creencia sino por propia existencia, y porque capacidades para hacer de la vida un lugar bello es posible, biológica y culturalmente hablando…

    Será por todo esto que yo no puedo matar moscas… literalmente hablando. Y cuando no tengo opción siento una profunda culpa… je!!

    En eso la humanidad es soberbia, en creerse una especie superior a otras cuando su origen es tan azaroso como cualquiera y su evolución tan maravillosa como otras… Lo que sucede es que se pierde la oportunidad de dar cuenta de lo magnífico que es poseer lóbulo frontal… lo que le permitiría, entre otras cuestiones simbólicas, la posibilidad del placer acompañado del otro y de los otros, sean ellos plantas, animales o personas, y sus producciones, en orden de complejidad…

    Besos
    Me encantó tu texto

    Desde Adrogue´s
    Sol

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  7. Bien dicho Unai. Así se habla!
    Elegir creer, pedir y agradecer le da valor agregado a nuestra vida y sentido a nuestra existencia.

    He recorrido caminos de luz y de oscuridad, pero en todos ellos, siempre he sentido sobre mi cabeza “ese poder superior del que hablas”. Fuerzas poderosas, que nos envuelven y gobiernan por encima de nuestro lógico entendimiento. Cada quien como desee llamarlo. Dios, Universo, Sistema de creencias interno…Que más da! Es esa fuerza arrolladora que nos permite saltar al vacío, sin temor. Donde…saltar al vacío más allá de la razón, deja de ser –a veces- una loca aventura, para convertirse en un desafío posible.
    Es preferible intentar, y morir en el intento, que sumergirse en la anestesia cobarde de la prudencia cotidiana.

    Si no existiéramos los idealistas y soñadores, este mundo, dejaría de ser mundo. La razón, necesita contrapeso para gozar de equilibrio!

    Aunque reconozco que también este mundo necesita de la luz y la frescura de razonamientos brillantes como los de Sol Guerrero, a quien admiro por su clara inteligencia.
    Es un deleite ver cómo desmenuzas cada fragmento del texto, Sol! Y mira que es difícil seguirle el tren a Unai!

    Como siempre…un placer Licenciado!Muy bello su escrito.

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  8. Estimada Sol Guerrero:

    Esta vez Estrella se equivoca. Lo verdaderamente complejo es seguirte a ti. No por lo extenso de algunas de tus respuestas sino por su sutileza. Reconozco además que me siento más cómodo entre enemigos o adversarios que con amigos. Esto ya forma parte de mi insanía personal, que si bien elijo transformar cada día, la tengo. No se, puede que la realidad no esté dividida entre blancos y negros, sin embargo todo resulta más claro, menos culpógeno, cuando las cosas se miran de esa manera.

    Locuras y caprichos aparte, paso sin más dilaciones a mi respuesta. Comenzaré por el principio: Coincido contigo en la diferenciación que planteas entre pensar y creer. Desde esa óptica, yo también me decanto por pensar. Sin embargo mi propuesta es diferente. Acá la dicotomía es entre elegir creer y no hacerlo, entre ser libre y no serlo. Y digo libre porque la creencia no necesariamente actúa como un condicionante. No cuando ésta ha sido elegida. De hecho, permanentemente "creemos", o dicho en otros términos, damos por sentados ciertos aspectos de nuestra realidad. Como por ejemplo que el color rojo es rojo, o que el mundo que percibimos a nuestro alrededor es auténtico, verdadero. Lo que no solemos hacer casi nunca, aquello que verdaderamente marca la diferencia entre el que vive y ese que para su suerte o desgracia es vivido, viene de la capacidad de elegir esas creencias o epistemologías. Por cierto que, en esta dicotomia entre libertad o esclavitud, pensar, se hace absolutamente necesario. Pues no es posible elegir si primero no hemos pensado.

    Se puede decir por tanto que siempre tenemos la oportunidad de elegir. El problema sobre los condicionantes radica en que el reto de la respuesta siempre será mucho mayor a más condicionantes tengamos. Y por tanto, la libertad, será importante, más valiosa. Aclaro de ante mano que sin bien las religiones actuaron como condicionantes en el pasado, no creo que fueran condicionantes tan severos como esos que hoy nos impone el objetivismo del libre mercado. Creo, o elijo creer que el mundo cambió, pero no mejoró. La prueba está en la salud mental de las personas. Supongo que por eso es que hoy, los libres son más libres que nunca pero por desgracia, los esclavos, son también más esclavos de lo que jamás pudieron nunca haber imaginado ser.

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  9. En cuanto a nuestra diferenciación entre otras especies y la relación entre esta diferenciación con el hecho de que tengamos un lóbulo frontal, te diría que una vez más me parece que todo pasa por la epistemología de referencia. Bateson (mi particular Castoriadis de cabecera) plantea una interpretación de la realidad natural en la cual la evolución no surge por azar sino como causa de una estructura inmanente de equilibrio. El Darwinismo, si bien fue contracultural en su momento, es en estos días un firme aliado de los intereses más oscuros, esos que buscan justificar un modelo económico basado en la inhumana competencia, en el más maldito y absurdo de los sinsentidos. Quien sabe, puede que hoy el mundo sea más sartreano que nunca, aunque quizá no necesariamente haya sido siempre así. Da igual. Volvamos al dichoso lóbulo frontal. En principio te puedo responder que desde una mirada batesoniana, afirmo con toda seguridad que ningún lóbulo frontal puede ser entendido por separado, alejado de su relación con el cuerpo, y ni mucho menos sin contar con los aspectos mentales y existenciales de la persona. Y es que nuestra biología, por naturaleza, cumple la función del equilibrio. El lóbulo, la racionalidad, el misterio de la conciencia, ejerce por tanto una labor, o más bien una maravillosa oportunidad. La oportunidad de elegir si formamos parte o no de las leyes del equilibrio, es decir, si entramos en armonía con la naturaleza o simplemente decidimos cagarnos en ella (desde ya que pido perdón por las malas palabras).

    No se si a estas alturas me estás siguiendo. Supongo que sí, pues tanto tu como Pini, sois personas mucho más inteligentes de lo que yo jamás seré (y aun así sois felices... ¡Que misterio!) a lo que voy, es a que la conclusión de que, los rituales, ya sean estos religiosos o no, han sido desde el principio de los tiempos la puerta mediante la cual nuestras conciencias volvían a re ligarse con ese "gran sistema", con ese todo ecológico, con esa naturaleza de tipología lógica superior. Una suerte de "terapia popular milenaria".

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  10. Me encanto tu reflexión acerca del concepto de vivir como un riesgo que debe ser corrido. La verdad es que no podemos entender, como bien dice Morin, la vida sin la muerte. Imagino que eso se debe a que la muerte, la finitud, ese psicoanalítico instinto, resulta el verdadero motor de la vida. Te recomiendo la lectura del "viaje a ixtlan", un imprescindible manual de vida que se inspira en la muerte como principal consejera para afrontar esta nuestra la vida.

    Continuando con mi contestación, que a estas alturas, por lo estético, ya casi parece un baile, te diría Sol Guerrero que desde mi personalísima óptica elegir creer y elegir ser son la misma cosa. Pues cada vez que una persona toma una decisión libre, responsable y sin excusas; se define. Debe ser por eso que mi maestro siempre me decía que en esta vida no había terapia más grande que la vida misma.

    Planteas también el hecho de que no solamente las comunidades religiosas son un freno ante la aculturización provocada por el libre mercado. Acuerdo. Aun así insisto en que, mal que bien, no dejan de ser un freno. Y sabes, amiga mía, que nuestro enemigo es poderoso y que no nos sobran precisamente demasiados frenos. En que para nada la elección de una creencia tiene por que ser incompatible con la razón ni con una lectura crítica de las situaciones sociales que nos atraviesan. Porque al final, como has señalado más arriba, todo tiene que ver con lo vincular, o con como cada uno utiliza o se vale de las religiones o de las comunidades religiosas. Dicen que Pablo Neruda fue un hombre de Fé y que Hitler un ateo. Eso no demuestra nada. A lo sumo como cada uno de ellos utilizó su particular fe y ateísmo para afrontar la existencia. Igualmente repito: No solo las comunidades religiosas sirven como un freno a la inhumanidad. Existen multitud de organizaciones sociales que con impresionante valor se alzan ante el postmodernismo banal, manteniendo encendida la llama de la esperanza de un posible mundo mejor. Solo digo que la diversidad de creencias, de epistemologías, de filosofías de vida, de organizaciones, de creencias; no solo suma sino que multiplica, Que la diversidad, al igual que en un ecosistema, es la característica principal de ese enigma que los psicólogos llamamos salud.

    Y finalmente, en referencia a tu cómica incapacidad de matar moscas a causa de tu conexión con lo natural, permíteme comentar. La naturaleza es violenta. Mata y muere. Eso sí, siempre bajo las leyes del equilibrio. Es por eso que matar a una mosca, siempre y cuando no obedezca a una perversión del intelecto, de la razón, es a mi juicio la más natural de las reacciones.

    Solo decirte que ha sido un placer contestar tu contestación (Cibernética de segundo orden pura y dura). Pedirte disculpas por mi demora y aclararte que esta se debió a cuestiones de carácter personal.

    Saludos a ti y a tu preciosa familia.

    Contestando desde el sur del sur.

    Lic. Unai Rivas Campo.

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  11. Unai... Tu texto para mis intereses es PERFECTO, no podría, no me da el piné para refutarlo, ni quiero.
    Aunqueeeeee, lo que sí voy a hacer mañana, espero, con algo más de tiempo es responder algunas cosas y/o aclarar alguna posición.
    Por lo demás ese piropo a Pini y a mí que somos más inteligentes que.... no no no no! de hecho Pini acuerda con tu texto inicial y no con el mío que me dijo estar bien fundamentado pero que deriva a otra cuestión pero no a tu planteo... En fín: él es feliz, cuando lo es por fe supongo, no religiosa en todo caso, y yo por extrema conciencia de muerte... Tal vez eso nos conjura una vida amorosa común buscadora de placer...
    Me encantó tu texto honestamente y ahí lo voy a seguir afilando con lectura y posterior intercambio!!
    Besos!!
    Aprovecho, además, para agradecer a Estrella por su lectura y su opinión... Estás rodeado por la constelación je!!

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