viernes, 18 de febrero de 2011

Sobre la crisis en los países árabes.

Se insiste desde los medios en que la crisis de los países árabes proviene de la ausencia de representatividad democrática. El que quiera creerlo que se lo crea. Yo más boludeces no compro.

El presidente de los Estados Unidos de Norteamérica
George W. Bush y el repentino "supertirano" mediático
Hosni Mubarak.
Veamos: Ninguno de estos gobernantes árabes han sido precisamente grandes ejemplos de democracia o de libertad de expresión. Ésto esta muy claro. Sin embargo considero que esta lectura, la que habla de ausencia de democracia, funciona más como un autoengaño para las potencias occidentales y sus adormecidos ciudadanos que como una realidad. Lo cierto es que en los dos países donde el estallido se inició, Túnez y Egipto, se daba una particularidad común: Ambos eran protectorados de las potencias del norte. Y como buenos protectorados que eran, que son, también fueron y son buenísimos alumnos del  libre mercado. Fíjense en otra curiosidad: El hecho de que los grupos islamistas no fueron precisamente la punta de lanza de estas revueltas, aunque ellos hayan sido los más afectados por la dura represión. ¿A que se debe entonces este conflicto? La respuesta está en los "insurgentes". Personas criadas a la manera occidental, usuarios de twitter o facebook, fanáticos de las series estadounidenses y admiradores de Shakira o Eminem. En resumidas cuentas: Occidentales pedorros viviendo en un pseudooccidente empobrecido y miserable. Y es que estos alumnos modelo para el norte, quizá olvidaron aplicar la democracia occidental, peno fueron muy estrictos al implementar los famosos ajustes y reformas laborales que tanto complacen a los más poderosos.

El hiperdemocrático presidente estadounidense Barak Obama
y su odiado archi-enemigo Hosni Mubarak.
En resumen, Los llamados "días de la ira" se están dando a causa de la parte menos islámica de sus estados. Son los sectores más occidentales, ajenos a la importante contención económica y social de las redes de reparto y solidaridad musulmanas, los que están sufriendo los estragos de la miseria provocada por el neoliberalismo salvaje.

Alguno me dirá, "¿Y por que piden democracia?". Yo le contesto que un país que se levanta contra sus gobernantes no tiene necesariamente que conocer la solución para salir de su malestar. ¿O acaso todos los ciudadanos franceses que se alzaron contra la monarquía absolutista tenían las ideas liberales en la sangre? Para nada. La ideas liberales actuaron como bandera identificatoria, como símbolo de unión frente aquella angustia, como un agónico último tren ante el cual solo queda subirse o morir. No señores. Esto no es por la democracia. Es por la injusticia, por el dolor, por la ira.

En las últimas horas, mientras escribo, se han sumado protestas en Irán, Barhein y Libia. Os aseguro que Libia e Irán son los países que menos probabilidad tendrán de caer. ¿Porque? Porque a diferencia de Barhein, que está considerada "la suiza del golfo pérsico" y un protectorado de occidente; los otros dos países son, por sus peculiaridades, demasiado ajenos a la cultura del sistema llamado libre mercado.

El heroico presidente Bush jugándose la vida por los
derechos humanos frente al malvado Rey de Bahrein.
Y es que esta no es una crisis del Islam, ni tampoco una crisis de la representatividad democrática. Esta es una crisis más del neoliberalismo, que al igual que una cuerda estirada en exceso, se ha roto por su eslabon más debil. No se si os dais cuenta pero he dicho "una crisis más". Digo esto porque está sucesión en cadena de estallidos de mercado comenzaron hace alrededor de 10 años, cuando un lejano país del sur, antaño potencia mundial, comenzó a ser despedazado y desguazado por corporaciones financieras que lo llevaron a su ruina. Supongo que la mayoría sabrán ya de que país estoy hablando: La República Argentina.

La crisis Argentina fue la primera pero no será la última. Los países occidentales tratan de hegemonizar la interpretación de los sucesos árabes, de condenar a estos a una lectura única e infantil. Tienen motivos de sobra. Pues hace tiempo que el mercado intuye esta crisis. Os parecerá una locura, ya sé. Sin embargo, desde una óptica sistémica se sabe que toda organización posee características mentales propias.

La crisis Argentina es análoga a las crisis árabes.
Así como a las crisis europeas que pronto llegaran.
Características mentales, quizá básicas, que la hacen que el sistema finaciero, como en el caso de una célula viva, se defienda frente al peligro de su desaparición. Quien sabe, puede que esta represión de la información sea algo inconsciente, también podría ser un plan urdido por individuos. O bien una combinación de las tres. Es difícil de saber. Porque cuando se habla de sistemas, de estructuras intersubjetivas de carácter inmanente, resulta muy difícil saber la verdad exacta. Sí podemos, en cambio, predecir el futuro. Un futuro de orden estético en el que, como las ondas hechas por una piedra arrojada a un estanque, las crisis se irán repitiendo con características analógicas similares. De esta forma pronto las ondas, la gente en las calles, las represiones brutales, llegarán inevitablemente a una cada vez más socialmente empobrecida y triste Europa.

Se vienen tiempos difíciles, interesantes y nuevos. Los ciclos se están acortando. La Argentina es la punta de lanza, la proa del barco de la historia. Como resolvamos la situación post-crisis de 2001 dará la pauta o las pistas necesarias a los pueblos del resto del planeta.

Estamos escribiendo el futuro. Hoy. Por primera vez, la esperanza de un mundo mejor no solo resulta posible, sino casi cercana, tangible. La hora de los pueblos parece que, por fin, ha llegado.

Escribiendo desde el sur del sur.

Lic. Unai Rivas Campo.

Como las ondas en el agua las
cirisis sociales se acercan
 inevitablemente
 a Europa.

2 comentarios:

  1. Es un buen enfoque, es más estoy de acuerdo...comienza una Nueva Era en la humanidad o es una solución temporal a la crisis del sistema capitalista occidental?...ellos hartos de injusticia e insolidaridad social y pretenden buscarla en occidente?...tomarán ese rumbo(sin duda, puesto que todos los jovenes quieren vivir como los occidentales) y será una mala decisión.

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  2. Estoy de acuerdo. Soy occidental y eso es algo que no quiero cambiar. Ya está. Que le vamos a hacer si no tiene remedio. Además me gusta. Debo ser un poco perverso. Lo que jamás haría por una cuestión de ética, sería recomendarle mi estilo de vida a ningún otro pueblo. En este mundo todo tiene un límite.

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