martes, 30 de octubre de 2012

La mentira.

Las únicas mentiras que realmente nos engañan son las nuestras.
No voy a criticar la mentira. A lo largo de mi vida he mentido demasiado como para ahora culparla de nada. O al menos, para hacerlo con la necesaria honestidad, antes debería tratar de comprenderla un poco mejor. La verdad, desconozco, por ejemplo, si no decir la verdad es necesariamente una mentira. Tampoco sé realmente si esa clase de mentira resulta la única posible. Lo cierto es que en este asunto tengo más preguntas que respuestas. ¿Son malas las mentiras? ¿Es insano mentir? ¿Existen mentiras más sanas que otras? No sé. Se ha escrito mucho sobre el tema, generalmente textos de carácter moral. Pocas veces se ha profundizado verdaderamente sobre ella, yo tampoco lo haré. No esta noche. El que si lo hizo fue Nietzsche. El desdeñaba la mentira. Entre otras cosas porque según decía nos convertía en esclavos de sostenerla de por vida.

A esto Sartre le sumaba que la única mentira digna de llamarse así era aquella que uno se decía a si mismo. En fin, quizás de eso se trate la auténtica mentira. Es decir, de un autoengaño destinado a evadir el propio dolor. Un espejo deformante del ser. La eterna captura de lo más humano en nosotros. Una cárcel para el alma.

Escribiendo desde el sur del sur.

Lic. Unai Rivas Campo.

7 comentarios:

  1. Existiría acaso la verdad en ausencia de la mentira? Nietzsche decía que las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, tal vez tenga razón y aun así.. yo sigo confiando en esa Verdad que se escribe con mayúscula

    La realidad no es mas que un autoengaño.. nuestra propia forma de percibir el mundo, alli encontramos las rozones que deseamos encontrar a nuestros errores, es el canal entre la "Verdad" y nosotros, nuestra torpe forma de traducir los mensajes del viento y ¿acaso, es por eso la realidad una mentira?

    Nietzsche parece sospechar que el platonismo o el cristianismo, el kantismo y el positivismo mintieron cuando intentaron hacernos creer en un "mundo verdadero". Mentir no es engañarse ni cometer un error. Uno no miente diciendo simplemente lo falso

    El hombre que solamente desea la verdad en un sentido análogamente limitado: desea las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que conservan la vida, es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias, y está hostilmente predispuesto contra las verdades que puedan tener efectos perjudiciales y destructivos.
    En parte, esa clase de tratos, los hacemos con las patologías. Pero también, en parte, se lo debemos al sesgo de nuestra tan preciada conciencia.

    En fin, dejémonos de joder. Mentimos y nos engañamos, porque en apariencia, eso nos facilita la vida y vivimos como podemos

    Ni tu, ni yo, ni nadie puede juzgar la mentira. Ni siquiera Nietzsche. El también mentía, él también era Hombre. Será inmortal. Pero nunca dejara de ser un Hombre.

    Un Abrazo, Unai

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  2. Creo que la mentira es un recurso más. Tan válido como cualquier recurso que nos ayude a aliviar el peso de ser en el mundo.
    Personalmente miento y recibo mentiras, a veces incluso la prefiero... prefiero una mentira sobre el silencio, por ejemplo, prefiero una mentira a una verdad que no necesito escuchar porque ya la sé, prefiero una mentira a una espera eterna... si la verdad nos hará libres será porque antes una mentira nos cosió las alas...

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    1. Hermosas palabras. Tanto que me duele contradecirte. O no, no sé. Es cierto que en términos estrictamente sistémicos, la mentira bien puede ser un recurso necesario para mantener el equilibrio. A fin de cuentas no todos estamos siempre preparados para el dolor de la verdad. Supongo que la verdad pura, simplemente nos destruiría. A todos sin excepción. Sin embargo, y esto que te digo es muy personal, trato todos los días de jugarme por la verdad. Por su dolor. Por lo humano que hay en ella. Igualmente tu decisión es tan respetable como comprensible. Pero dices además que prefieres una mentira sobre el silencio. Y aunque no esté de acuerdo lo entiendo. Quizás sea porque justamente no existe mayor verdad que el silencio. Propio o ajeno. Ese que te obliga a asumir quien eres. Sin distracciones. En las buenas y en las malas. Son las cosas que te desgarran la careta. Que te hacen libre. Puede que mejor.

      Abrazo desde el sur del sur.

      Seas quien seas.

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  3. No creo que sea lo mismo el silencio propio que el ajeno... dicen que el silencio está lleno de todo lo que no se ha dicho y es muy pesado... y es cruel cuando hay alguien que espera. Como dijo A. Pizarnik: "De mí debo decir que estoy impaciente porque se me dé un desenlace menos trágico que el silencio. Feroz alegría cuando encuentro una imagen que me alude. De mi respiración desoladora, yo digo: que haya lenguaje en donde tiene que haber silencio" aunque lo que haya sea una mentira...

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  4. "El poema que no digo,
    el que no merezco.
    Miedo de ser dos
    camino del espejo:
    alguien en mí dormido
    me come y me bebe."

    A veces el silencio es la ultima línea de defensa que nos queda. La endeble barrera que te protege frente al dolor de saber que has tomado el camino equivocado. Que todo está perdido. Y que ya no existe vuelta atrás.

    Saludos desde el sur del sur.

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  5. "Hay, en la espera,
    un rumor a lila rompiéndose.
    Y hay, cuando viene el día,
    una partición de sol en pequeños soles negros.
    Y cuando es de noche, siempre,
    una tribu de palabras mutiladas
    busca asilo en mi garganta
    para que no canten ellos,
    los funestos, los dueños del silencio".

    Puede que el silencio sea otro recurso... más cobarde todavía que la mentira.

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  6. Tengo la idea de que absolutamente nadie puede ser sincero (al menos de forma absoluta) consigo mismo. Decirse toda la verdad. Consiente o no, el Hombre siempre miente cuando habla de sí mismo. No existen biografías exactas y nunca existirán
    Tal vez, sea producto de nuestra vanidad, tal vez simplemente una forma de sobrevivir

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