sábado, 27 de octubre de 2012

La conquista de América.

¿Cómo pudo un reducido número grupo de
hombres rudos, sucios y barbudos conquistar
algunos de los imperios más colosales de la historia humana?
Se cumple otro aniversario de la primera llegada documentada de europeos a América. O sea del famoso descubrimiento o conquista. La verdad, no me hubiera fijado en la fecha si alguien no me la hubiera recordado. Lo cierto es que no es un día que precisamente celebre. No me agrada. Más bien te diría que me rompe las pelotas. La pregunta sería por qué. Pues como muchos argumentan, conquistas han habido muchas. América no fue la excepción. De hecho, las conquistas y los imperios ya eran una realidad en la América pre-Colon. Los hombres sufrían dolores e injusticias y las culturas se eliminaban, a veces cruelmente, unas a otras. Podríamos decir entonces que la legada de los españoles al continente americano fue una conquista más. Nada nuevo. Ni mejor ni peor de las que ya existían. Y sin embargo algo no me termina de convencer. Uno siente que este no fue un asunto sin más. ¿Pero cual fue la diferencia? Supongo que la respuesta la podemos encontrar si analizamos cómo fue que se forjó el sometimiento de las dos civilizaciones más importantes de la época: La Inca y la Azteca. En en ambas nos encontramos con situaciones parecidas. O sea un muy reducido número de hombres (no más de 200 en el caso peruano) que en muy poco tiempo se hace con el control total de un vasto imperio. ¿Cómo puede ser? La respuesta es sencilla: superioridad tecnológica. Es decir, los conquistadores eran más inteligentes.

Me doy cuenta de la incomodidad que estás últimas palabras generan pero es claro que aquellos hombres blancos, sucios y barbudos eran mucho más inteligentes que los indios. Ellos no solo no tenían armas de fuego, caballos o una estrategia militar de avanzada. Tampoco poseían de la necesaria ambición. Una característica propia de eso que conocemos por inteligencia. Porque la inteligencia es así, omnipotente. Y como toda omnipotencia, infinitamente voraz. Nada escapa a esa mente separada del cuerpo. Siempre se quiere más. Nunca es suficiente. Es notable como el emperador Azteca le ofrecía a Hernan Cortes oro para evitar su avance. Seguramente pensando que si los blancos buscaban oro, una gran cantidad de oro colmaría sus deseos haciéndolos retroceder. Sin embargo para el occidental de mente insaciable, tal estrategia solo funcionó como estímulo. Y es que para nosotros los occidentales saciarse resulta imposible. Siempre buscamos más. No nos adaptamos a nada. La palabra equilibrio nos resulta ya algo ajeno. Lejano.


Así es que de eso se trató la conquista. De un modelo o sistema de ideas ambicioso y enfermo. De una mente separada del cuerpo. Insaciable consumista. Forma de vida que une a las clases pobres, medias y altas; transformándolas en una clase única: la clase miserable.

Una miseria que es justamente la que trajo esa famosa llegada.

Por eso es que no nos gusta. En el fondo nos damos cuenta como en aquellos primeros hombres de américa existía una inocencia colmada de sabiduría. Ajena a los inteligentes subterfugios de la mente occidental.

De esta forma fue que la inteligencia derrotó a la sabiduría. Esa fue a mi juicio la primera gran victoria de un modelo sobre otro. Hoy tenemos la oportunidad de la revancha. Para mí es importante. No sé, soy vasco. Nuestro pueblo lleva arraigado a una misma tierra desde que la noche es noche. Por tanto tengo un bando. Lo elijo. Deseo que la sabiduría salga victoriosa. Que triunfe. Que sea libre. Realmente libre.


Escribiendo desde el sur del sur.

Unai Rivas Campo.

6 comentarios:

  1. ENHORABUENA! El Lic Unai Rivas Campo ha revivido.

    Latinoamerica libre.. el problama es que hay muchos esclavos conformes con su esclavitud.. pero bueno, me pliego a tu deseo y a tu esperanza por esta vez. Vale la pena.

    Un abrazo grande y espero que anda todo un poco mas equilibrado Unai.
    Besos

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  2. Si logramos vencer la barrera de la separacion como trincheras que nos dividen y nos aislan, si nos permitimos sentir que las diferencias nos nutren en el intercambio y nos hacen fuertes, si habitar un mismo continente nos hace poseedores de una identidad podremos ser libres... si comprendemos que habitamos un mismo planeta y somos seres humanos tal vez no necesitemos ejercer el poder de unos sobre otros, tal vez podramos respetarnos.
    Gracias por volver a escribir se te extrañaba Unai!!!
    Rocio Laguna

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  3. Querido Unai.:
    Me has dado una forma de pensar acerca del asunto que no me había planteado. Sí es cierto que venció la sabiduría, desde mi punto de vista. Lo que no podemos obviar como dices es ese ansia por colmar los deseos ávaros de los conquistadores. Siempre se quiere más y ese más se cuantifica. La conquista fue una represión, una matanza. Supuso la extinción de muchas culturas que han subyacido en ese suelo. Ahora tantos occidentales vuelven a ocuparlo que me imagino debe ser un poco duro ser español y cargar con esa tradición, al menos los primeros años.
    Me ha gustado tu comentario.
    Yo también echaba de menos tus escritos.
    Gracias.
    Un abrazo hermano, desde el centro del centro, aquí en la España de los madriles.

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  4. Quiero expresar que no venció la sabiduría, la sabiduría es experiencia del corazón , venció la fuerza y el poder de ambición de los mas antiguos, no de los mas sabios. No obstante los nuevos originarios de la tierra, creemos que un mundo mejor es posible y luchamos desde otro lugar para lograrlo, ojalá no sea una utopía, el corazón con conocimiento y la razón con amor, nos pueden llevar por otro camino.
    latinoamericana del sur del sur.
    Saludos

    Rocío Laguna

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