miércoles, 22 de septiembre de 2010

La belleza.

Dice la teoría sistémica que el lenguaje es digital pero la realidad humana es analógica, es decir estética. De esta forma lo que termina pasando es que las palabras resultan enórmemente limitadas a la hora de expresar "las grandes verdades" de nuestro mundo. En cambio, el inconsciente se comunica de maneras distintas, a través de analogías, por ejemplo un sueño sobre un esclavo africano tratando de romper sus cadenas, nos puede expresar de manera análoga algo sobre lo poco libres que nos sentimos en un determinado momento de nuestras vidas. De esta forma, los síntomas físicos o psicológicos siempre aluden metafóricamente a nuestras verdades ocultas, negadas o reprimidas, como cuando nos quedamos sin voz el día en el cual tenemos que tratar un tema decisivo en nuestra terapia o llegamos misteriosamente tarde a aquellos encuentros a los que, secretamente, nos resistimos a asistir.


Los mejores psicólogos: Aquellos capaces de
comunicarse con el inconsciente que habita fuera de
nosotros.

Concluimos entonces que el inconsciente no es algo literal. Ahora bien,  existe algo que para mi todavía es aún más fascinante, El mundo tampoco, cuando la naturaleza nos quiere comunicar algo, no nos dice: "hola soy la naturaleza y quiero decirte que me estas contaminando" sino que se muestra a través de una plaga de mosquitos, una nueva bacteria asesina, una brutal sequía o hasta un huracán. Muchos pueblos originarios se hicieron expertos lectores de esta sabiduría secreta, aquella que podemos encontrar en el sonido del viento, en la luz sol o en las gotas de lluvia, soplando maravillosas verades a aquellos dispuestos a escuchar.


Es como la música, donde una canción no la forman las notas sino "las relaciones analógicas entre las notas".

¿Hermoso este universo nuestro no? Los occidentales somos como ese nadador de río que se lamentaba por su sed. Todo lo que nos rodea es belleza... la belleza que nos rodea es todo.

 ¿Podemos acaso ser más afortunados?

Yo creo que no.

Gracias Gabriel Lopez por la inspiración.


Unai Rivas Campo.
Leyendo mensajes en el viento. Traduciéndolos torpemente al castellano.
Siempre al sur... del sur.


3 comentarios:

  1. Por qué tienes que traducirlo? No lo puedo, no te puedo entender.
    Por qué carajo lo lees? por que no dejas al puto viento en paz? Lo arruinas todo!!
    Traduce lo que dice el idiota en cuyas palabras solo hay ego, si quieres. Traduce la forma en la que nos manipula el mercado, si se te canta la gana.
    Pero al viento? Déjalo ser en paz, que quien quiera escucharlo, lo sentirá por si mismo.
    No lo ensucies con torpes y vacías palabras.

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  2. Nadie debería tratar de tocar lo sagrado, lo comprendo. Sin embargo traducir es parte de mi naturaleza. Es lo que soy. Y por ahora siento que el misterio necesita ser traducido, al menos en parte. Con un único objetivo: proteger su esencia.

    Aunque sé que algún día tendré que detenerme. Será triste, pero lo aceptaré.

    Noto mucho odio en tus palabras. Ojalá el dolor sane. El enojo no es el camino.

    Saludos desde el sur del sur.

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  3. Te equivocas. No es odio, es bronca.. Es el dolor de ver como destruyes aquello que tanto amo (Aun con las mejores intenciones).
    Te he acompañado un tiempo en este blog, en este grito de soledad. Pero simplemente ya no puedo.

    Cuando te tengas que detener, entenderás mi dolor.

    Un abrazo

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