"Y sin embargo se mueve"
Galileo Galilei.
Hace un par de semanas me encontré con un dilema. Era una de esas cosas que la gente escribe en las redes sociales. Un médico, entendido en temas de ciencia, hacía una encuesta. El cuestionario contenía una larga serie de enunciados. El reto consistía en responder cuales de ellos creíamos que eran verdaderos:
1.-Usted utiliza el 10% de su capacidad cerebral.
2.-Usted puede percibir si alguien le mira desde sus espaldas".
3.-Los síntomas de artrosis se relacionan con el clima (humedad y presión atmosférica).
4.-los mensajes subliminales (publicidad) pueden modificar el comportamiento".
5.-Hacer que los bebes escuchen a Mozart (incluso antes de nacer) mejora su inteligencia.
6.-Usted puede recordar una serie de diez dígitos aleatorios.
7.-Su memoria recupera los hechos del pasado tal como ocurrieron.
8.-Un hecho que precede a otro muchas veces, es su causa.
9.-Si un médico consulta un libro antes de medicarlo y otro no lo hace, usted siente más confianza por el segundo que por el primero.
10.-Lo meteorólogos se equivocan con mucha frecuencia.
11.-Usted puede explicar como funciona una bicicleta o el desagüe del inodoro.
12.-Usted es capaz de tomar buenas decisiones guiado por su intuición que usando la lógica.
13.-El entrenamiento en habilidades cognitivas (videojuegos, crucigramas) mejora nuestro desempeño intelectual cotidiano.
14.-El síndrome de déficit de atención es un invento para vender medicamentos y controlar la conducta natural de los niños.
Aquello me llamó la atención. Nunca tuve bien claro a que se refiere la gente cuando habla acerca de la verdad. De tal manera fue que me dispuse a participar en dicho juego. Estaba, en cierto modo, de acuerdo con algunas de las proposiciones. Sin embargo, desde la perspectiva del encuestador, una persona que muchas veces se muestra indignada frente al poco reconocimiento que la sociedad le otorga a las ciencias, y por ende al método científico, se podía deducir que casi ninguna de ellas alcanzaría el rango de "verdadero". Eso era al menos lo que se podía inferir de su epistemología de referencia. Es decir, de como esta persona mira y vive el mundo.
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¿Qué es la verdad? ¿Es lo no verdadero sinónimo de falso?
Trataremos de responder a estas preguntas. |
Casi desde el principio vinieron a mi cabeza una serie de reflexiones: ¿Que es lo verdadero? ¿Qué es lo verdadero para las ciencias? ¿Existe una sola verdad en ciencias? ¿Lo no verdadero es necesariamente sinónimo de falso?
Pero dejando aquellos interrogantes temporalmente de lado, me dispuse a enfrentar las preguntas del citado cuestionario. En principio, desde la epistemología de referencia del autor, la única que parecía tener cierto rango de verdad objetiva era la número 3, esa que hablaba sobre los síntomas de la artrosis y su relación con las variaciones climáticas. Sin embargo, todas las demás eran dudosas. Algunas estaban confusamente enunciadas, otras no eran nada más que simples patrañas. Eso me hizo dudar. Y es que la respuesta estéticamente más efectista era decir que todas eran falsas. Así es que comencé a investigar. Pregunté a dos médicos, a una estudiante de medicina, y busqué investigaciones sobre el tema (sí, ya lo sé, debería salir más). Incluso me tomé el atrevimiento de llamar a una mujer enferma de artrosis para preguntarle si la percepción de sus síntomas se modificaba con las variaciones climáticas (sí, no debo obsesionarme tanto, ya sé). El caso es que toda la información recolectada apuntaba de manera afirmativa. De tal modo que contesté que la única respuesta que parecía tener el rango suficiente de verdad objetiva era la número tres.
Entre tanto, había aprendido mucho sobre la artrosis.
Cuando, finalmente, la solución al enigma fue publicado, me sorprendí al encontrar la siguiente respuesta:
"SON TODAS FALSAS, GRACIAS POR PARTICIPAR".
Aquella respuesta me llenó de curiosidad. ¿Podían acaso los médicos consultados estar equivocados? ¿Era el doctor que propuso el cuestionario un mentiroso? ¿O es que acaso los estudios que leí no eran válidos?
De tal manera, me dispuse a plantear al eminente doctor mis interrogantes. Me contestó que estaba científicamente demostrado que aquello era falso, y me pasó un paper (estudio científico) que confirmaba sus dichos. Yo, por supuesto, le pasé los estudios que avalaban los míos. Su respuesta fue mas que sorprendente: aceptó la validez de los estudios presentados por mí, incluso presentó otro más en favor de mi tesis. Sin embargo argumentó que, ante la divergencia entre los estudios, la comunidad científica había llegado POR CONSENSO a la conclusión de que los síntomas de la artrosis no se veían modificados por los cambios climáticos.
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En la medida en la que el método científico se adentra en
tierras subjetivas, las verdades tienden a ser
más consensuadas que objetivas. |
Por consenso, que interesante. Y yo que pensaba que lo del consenso solo se utilizaba para la democracia y gran hermano, pero no, la ciencia también tiene sus consensos. Sus acuerdos intersubjetivos. Donde el poder, los egos, y los intereses económicos, se cuelan entre discusiones supuestamente lógicas. Así, la verdad científica pasa a ser una verdad consensuada, un acuerdo. Nada más.
Claro está, lejos estoy de denostar a la ciencia ni al método científico. Primero, porque estos errores no necesariamente tienen una mala intención. El inconsciente existe, lo que quiere decir que no siempre se es malo, torpe o impreciso de manera intencional. Pero en segundo lugar, porque denostar o demonizar al método científico sería negar sus innumerables descubrimientos. Cosa bastante estúpida por cierto. Por otra parte, parece que esta clase de consensos no son de rango general en las ciencias. Por lo que he podido observar, son más frecuentes a medida que estos tocan temas de orden subjetivo (como problemas psicológicos, percepción de síntomas, o en el caso de la física, la cuántica).
Creo que va llegando el tiempo de sincerarse. Los diarios están abarrotados de publicaciones que supuestamente se sustentan en la ciencia para decir que es verdadero, y que no. Y lo cierto es que cuando nos adentramos en el mundo de los subjetivo, difícilmente podemos afirmar que algo es rotundamente falso. La llamada "verdad religiosa" quedó atrás. La ciencia ganó de lejos aquella batalla. Sin embargo, hoy vivimos bajo la égida de una mentira más sutil pero quizá muchísimo más dañina que la primera:
la gran mentira de la verdad. De una verdad autodesignada como objetiva. Que se ha atribuido con soberbia el derecho a calificar como falso todo aquello que no es capaz de entender desde su propio método de estudio. Un método valioso, muy valioso, tan valioso como limitado.
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La verdad es como un trono.
Lo verdadero y lo falso se construirá en función de quien
o quienes estén allí sentados. |
Decía Focault que la verdad es poder. Un trono donde todos quieren sentar su culo. Quien sabe, quizá sea porque te permite cagarte en cualquiera.
Mientras tanto, mi amiga enferma de artrosis continúa delirando su dolor.
Escribiendo desde la dimensión desconocida (algunos la conocen por Europa).
Lic. Unai Rivas Campo.