lunes, 30 de agosto de 2010

LA LOCURA Y LA CORDURA.

Muchas veces, tanto en mi ejercicio profesional como en la vida cotidiana, me encuentro con personas que tras cruzar algunas palabras, me preguntan si creo o diría que "están locas". Generalmente, tratando de evitar responder, de manera directa, una pregunta cuya contestación ni es sencilla de dar ni deja indiferente a aquel que la recibe, suelo contestar en tono jocoso: "Por supuesto!". El siguiente trabajo es un intento por contestar dicha pregunta con el rigor que la cuestión merece.



LA CORDURA.

Decimos cordura a una manera de manejarnos en el mundo, en la cual predominan los pensamientos racionales y el sentido común. Durante los últimos siglos a raíz del fuerte empuje del racionalismo en la cultura occidental, la cordura ha sido considerada casi como sinónimo de salud. Sin embargo, en ocasiones resulta solamente una ilusión que oculta un arma de doble filo.


LA CORDURA SANA:

La cordura sana resulta necesaria para integrarnos socialmente. Es la responsable de aquello que comúnmente llamamos normalidad. Sin cordura, nos sería imposible establecer vínculos sanos con los demás y con mucha razón, seríamos calificados de anormales.

En esta "cordura local" un traje puede
llegar a ser catalogado como "loco".
Cada pueblo de este planeta construye sus "corduras locales", estas le permiten diferenciarse de otros pueblos y así hacer de este mundo un lugar más interesante y diverso. También es útil para solucionar problemas cotidianos como pagar los impuestos, acordar una hora de encuentro, sumar etc. Computadoras, teléfonos celulares etc. son resultado directo de una cordura sana que supo y pudo pensar la manera de solucionar un problema en concreto. A mi me gusta mucho la cordura, siempre intento llevar al menos un poco conmigo, por ejemplo, cuando voy en un taxi, me pasa que prefiero que el chofer este cuerdo, pues ello aumenta las probabilidades de llegada a destino y disminuye mi terror a morir.

Finalmente, me gustaría hacer ver a mis lectores (si es que esto lo lee alguien je) que cordura no es sinónimo de sabiduría, pues por ejemplo, podemos decir que si bien, la resolución del problema que permitió a los científicos la construcción de la bomba atómica, puede ser muy cuerdo, no resulta precisamente sabio, sobre todo si tenemos en cuenta el dolor y temor que la utilización de este tipo de armas ha llevado al mundo. De todas maneras, no quiero abordar demasiado este tema, ya que la diferencia entre inteligencia y sabiduría quisiera tratarla en otro post.


LA CORDURA INSANA:

¿Quien no se ha pasado noches enteras pensando inútilmente la solución de un problema fuera de nuestro alcance, sin obtener otro resultado que la angustia? ¿Y las personas que llegan a la conclusión de que para adelgazar hay que controlar la ingesta dejando de comer? Me diréis que es un mal razonamiento, es verdad, pero no se podrá negar que malo o bueno éste es un razonamiento en si mismo y no una locura o delirio, aquí nadie está diciendo ser Napoleón. Pensar que bombardeando Irak lograremos vencer "al terrorismo", es también un razonamiento, a todas luces equivocado, sí, pero no precisamente loco, hasta donde yo sé, esta idea surgió de la Casa Blanca que si bien puede ser calificada de muchas cosas, está bastante lejos de ser un manicomio.
Matanza perpetrada  por bombas "inteligentes".

Decía en otro post que la mente del occidental esta sesgada, separada del cuerpo, desafectivizándonos cada vez más y más. Esta mente sesgada puede o intenta pensarlo todo. Nos hace estar pendientes de donde esta nuestra novia a cada momento, imaginarnos todas las posiblidades de riesgo que tienen nuestras acciones, aumentando el miedo y llevándonos finalmente a la absoluta parálisis. Cuando nos atrapa la cordura insana nos deshumanizamos, nos importan menos las personas a nuestro alrededor, al paranoico solo le importa la posibilidad matemática de que lo fantaseado suceda, al hipocondríaco solo le preocupa contagiarse, la persona enferma que tiene delante suyo (un hermano por ejemplo) no es registrada como un ser humano que sufre, sino más bien como un factor de contagio.

En resumen, la cordura insana nos provoca angustia, miedo y sobre todo no hace peores personas. Hoy por hoy, la mayor parte de los trastornos psicológicos a los que me enfrento son trastornos del consciente, es decir, pertenecientes al reino de a cordura.


LA LOCURA.

Locura es aquello que no pertenece al mundo de lo cuerdo, carece de razón y tiene un origen diferente al del sentido común, la locura no es "pensada", aparece en forma de flashes, de imágenes que nos transportan a un estado de conciencia no racional. Su origen es inconsciente. Teólogos, psicoanalistas, antropólogos y surrealistas, son aquellos que más se han dedicado a estudiar sus reglas de juego, diferentes a las de la física o la lógica, pues pertenecen a un universo epistemológico y existencial completamente distinto.


LA LOCURA SANA


¿Es el amor algo cuerdo? ¿Lo es la fe?. Estas y muchas otras preguntas poseen una sola respuesta: No, no y cien veces no. El amor, la fe, las ganas de vivir con alegría, el sentimiento de esperanza en un mundo tan lleno de mierda y todas las cuestiones similares que se nos ocurran, son realidades humanas, absolutamente saludables pero a su vez completa y totalmente alejadas de la razón.

 De ciertos locos se aprende más que
de muchos cuerdos.
 Artistas, poetas músicos o pintores, resultan ejemplos vivientes de la riqueza que encierra nuestro inconsciente, lugar en el cual reside nuestra capacidad analógica, fuente principal de todo sentir y accionar estético. La locura es hermana gemela de la belleza. Roberto Assagioli, Keith Thompson y Ronald Laing (el más brillante psicólogo que jamás existió) plantean como muchas de las falsamente catalogadas como locuras insanas resultan procesos espirituales de orden sanador, es decir "locuras sanas". Las primeras y más grandes terapias que existieron (me refiero por supuesto a las religiones) se han valido desde sus inicios de ritos, es decir de locuras estéticas, como ceremonias, que tienen como fin combatir locuras insanas poseedoras a su vez de su propia y peculiar estética. Este sea quizá uno de los motivos por los cuales el psicodrama funciona tan bien para "exorcizar" ciertas patologías.


LA LOCURA INSANA:

Sin embargo, no todo puede ser explicado como acto de belleza o proceso espiritual. La locura también puede resultar insana, llegando a ser casi tan peligrosa como la cordura insana.

El infierno es una eterna y tediosa
repetición de sucesos. 
 La cuestión entonces es como diferenciar la locura insana de la saludable. Para ello me gustaría contar una anécdota que se le atribuye al famoso psicoanalista D.W.Winnicot. que cuando unos fervientes cristianos le preguntaron como distinguir una esquizofrenia de una posesión demoníaca contesto -no se.. pero si les aburre es esquizofrenia seguro! Dejando de lado el debate que esta pregunta podría generar, creo que el famoso psicoanalista deja bien en claro cual es su postura frente a la locura insana. Cuando veamos repetición, "bucles delirantes", cuando frente a la persona simplemente nos den ganas de bostezar, estaremos frente a una locura insana. Tambien llamada psicosis. Es importante el criterio contratransferencial de la vivencia de inhumanidad no como sinónimo de maldad sino como sensación interna de profundo vacío.


CONCLUSIONES:

Mi musa... que vive a otro lado de la luna
de mis sueños inconclusos, ha trabajado
bastante por esta noche.
La intención de este ensayo ha sido la de desconstruir el tradicional concepto de locura y cordura tratando de desmitificar las luces y las sombras que se ciernen alrededor de los citados conceptos. De todas maneras, soy consciente de que este post ha dejado abierto un nuevo interrogante no aclarado, al menos del todo: Que es salud y que no lo es.

Sera otra noche...

Vuestro humilde servidor.

Unai Rivas Campo.




lunes, 16 de agosto de 2010

Psicopatía.

Se describe habitualmente a la psicopatía como una forma de estar en el mundo en la que priman reiterados intentos de manipulación, exageradas dosis de crueldad en las relaciones con los demás y ausencia aparente de remordimientos.

Los diagnósticos descriptivos, basados en bruscos criterios lineales,
resultan muy útiles para la ciencia objetiva. Lástima que la psicología
sea una ciencia abarcada por la subjetividad. 
Ahora bien, teniendo en cuenta que el modelo sistémico tiene la misión de trascender a lo descriptivo-lineal para funcionar en un nivel comprensivo-circular, ignoraré la descripción dada más arriba por considerarla inútil y obsoleta. Además recomiendo a todo estudiante que huya despavorido ante cualquier supuesto sistémico que aparezca con intentos de definición similares.

No tiene sentido perder tiempo con ellos.

Hablaremos por tanto de la psicopatía entendida como un vinculo, es decir, por la forma que una persona tiene de relacionarse con el mundo en un momento determinado.

Por lo tanto, el objetivo de este trabajo no será diagnosticar a las personas como “psicópatas”, sino explicar la psicopatía en si misma abriendo los ojos sobre estas conductas y dando las herramientas necesarias a los lectores para que puedan defenderse de ellas. No obstante, advertimos de antemano que si bien vamos a usar por motivos prácticos en algunos momentos la palabra psicópata, lo que pretenderemos definir serán formas de relación posibles en todos nosotros, que sin ser necesariamente psicópatas, actuamos de esta forma frente a algunas personas.

Entender la psicopatía como una forma de vínculo nos permitirá empezar a conocerla un poco más, así como avanzar en un intento de definición más operativo: una forma consciente de vincularse con los otros en la cual, se destacan tres características: La rapidez, la manipulación, y la capacidad de inyectar sentimientos en los demás. Sin la presencia de estas tres características o marcas no hay psicopatía. A continuación nos serviremos de estas tres marcas como medio para comprender el citado vínculo.


LA RAPIDEZ.

La persona que se relaciona psicopáticamente suele ser vista por los demás como “rápida” y “astuta”. Esto no es ningún mito. podemos decir con seguridad que no existe psicopatía sin rapidez. Existen muchas causas y factores que propician la rapidez en la psicopatía, pero al no ser mi intención dar un curso de psicopatología clínica trataremos de dar una explicación sencilla y práctica.

Hablé en trabajos anteriores (omnipotencia, mente y mente sesgada) sobre como la mente moderna se encontraba artificialmente dividida del cuerpo. El psicópata, resulta el alumno aventajado de este paradigma mente/cuerpo, pues vive hiper-consciente de su parte mental, analizando todo hecho externo con frialdad, tras un claro objetivo: Escapar permanentemente de sus propios sentimientos, huir sin descanso del lugar donde se encuentra el dolor negado. Las personas que abusan del mecanismo psicopático viven por tanto afuera, no toleran la soledad y están permanentemente pendientes de aquello que sucede a su alrededor.

La mente sesgada, separada del cuerpo, predomina
en la psicopatía. Esta brusca separación sobre los
afectos  permite actuar sin tener que pasar por el
"filtro" que ellos suponen.
Esta ausencia de conexión de la conciencia con los afectos, genera que la persona que usa la psicopatía no necesite pensar tanto como el resto de la gente para actuar en las distintas situaciones de la vida. Una persona común y corriente siente culpa, miedo al enojo ajeno etc. a causa de la empatía frente a los sentimientos propios y los de los demás, esto a su vez realentiza las propias respuestas,. Generando que a la hora de un “enfrentamiento directo” el psicópata tenga “dos o tres segundos” de ventaja (metafóricamente hablando). La psicopatía toma por tanto, un atajo frente a los sentimientos propios y ajenos.

Esto no quiere decir que el psicópata no posea valores. Puede tener un enorme conocimiento sobre ellos, teorizar con la mente (sesgada) sobre el bien y el mal, recitar con soltura extensos pasajes bíblicos que traten sobre la moral etc. pero solo a nivel de la mente (sesgada), nunca a nivel de la real y auténtica vivencia afectiva.

Los hombres inteligentes y respetables también pueden
decir "huevadas" de vez en cuando.
En resumen, podemos decir que la persona que se vale de la psicopatía puede conocer sobre temas como valores, ética o legalidad, pero sin necesariamente sentirlos. Existen teóricos de la ley que han llegado ha plantear que a causa de esto, un psicópata es in-imputable legalmente. Yo no estoy de acuerdo, pues hasta donde sé, el estado no nos pide que estemos de acuerdo con la ley, tampoco que las “sintamos en el corazón”, la sociedad solamente nos pide su cumplimiento. Muchos psicópatas pasaran sus vidas arruinando la existencia de otros, incomodando etc. sin vulnerar en absoluto las leyes. Aquellos psicópatas que cometen un delito, saben muy bien, casi mejor que el resto, lo que están haciendo. Si a esto le sumamos las posibilidades terapeúticas que la inputabilidad abre para con la psicopatía (que son muchas) entonces podemos decir que, además de hacer un planteamiento erróneo, estos teóricos de la ley terminan perjudicando a aquellos que presumen querer defender.


LA MANIPULACIÓN.

La manipulación es la consecuencia directa de la rapidez. Al estar en un estado de conciencia sesgado de los
sentimientos y tener mayor velocidad de pensamiento, la persona que se vincula psicopáticamente con los demás, poseerá una enorme facilidad para manipular, y no duda en usarla.

La persona que utiliza el vínculo psicopático se manejará mejor con los objetos que con las personas sensibles, ya que los objetos carecen de sentimientos y son fáciles de controlar. En este vínculo manipulatorio y omnipotente con las cosas, se “cosificara” a si mismo, anestesiando su dolor, esto sumado a la enorme vivencia de vacío interno causada por la desconexión afectiva, será una de las causas que llevará al psicópata al consumo de objetos como la droga o la ludopatía.

Cuando controlamos cosas nos sentimos omnipotentes
 alejándonos de nuestro dolor. Cuando hacemos esto
con personas, las "cosificamos" reduciéndo su ser a la
categoría de simple objeto.
Lo dicho en el párrafo anterior es muy importante, ya que la manipulación que las personas atrapadas por la adicción utilizan en su relación con la droga, será análoga a lo que las personas atrapadas por la psicopatía hacen con otras personas. Dicho en otros términos: Se usará a las personas como cosas al igual que un adicto usa la droga.

Es por ello que las personas víctimas de estos ataques, no solamente se sentirán manipuladas sino que en muchas ocasiones afirmarán textualmente que “se sintieron como cosas”, utilizadas por estas personas. Esta manipulación de tipo psicopático, objetiviza a la persona des-subjetivizándola de si misma y por tanto haciéndola vivir episodios de enorme confusión. Las personas relatan de manera literal “haberse sentido usadas” y no “saber donde están paradas en la vida”.


LA CAPACIDAD DE INYECTAR SENTIMIENTOS EN LOS DEMÁS.

La psicopatía, como forma vincular, está completa cuando a la rapidez y a la manipulación se suma la capacidad para inyectar sentimientos en los demás. La persona que utiliza este mecanismo, tiene la capacidad de introducir en los otros sentimientos propios en ocasiones incluso conscientemente.

La psicopatía es rápida, te enreda y envenena.
Es como si una serpiente nos introdujera su veneno.

La persona que hace esto tiene dos objetivos. El primero y más obvio es conseguir lo que desea, sería por lo tanto una herramienta más de la manipulación. El segundo y más importante, consiste en hacer sentir a la otra persona partes de su propio infierno personal.

Esto se debe a que el psicópata o la persona que se vale permanentemente del citado mecanismo, tiene un mundo interior extremadamente doloroso; vive, en términos existenciales, en un infierno. La introducción simbólica de estos sentimientos angustiantes alivia temporalmente el sufrimiento desgarrador que viven estas personas.

La fachada de la psicopatía encierra la
vivencia interna de un infierno.
De hecho, es común escuchar que las personas que tuvieron un encuentro directo con la psicopatía, suelen decir cosas como “siento que me metieron un veneno adentro” o “me siento sucio o contaminado”. Otra forma típica de darnos cuenta de que estamos frente a una psicopatía es cuando frente a una persona comenzamos a sentir un fuerte miedo o angustia que nos puede llegar incluso a paralizar a nivel corporal, con o sin motivo justificado.

La vivencia interna de un infierno es una de las causas que suele conducir al psicópata a la proyección de este tipo de sentimientos, de alguna manera “se descarga”. Este tipo de personas se quedan más calmadas tras una discusión fuerte mientras el interlocutor se pasa días y días angustiado sin saber bien porqué.

Concluyó por todo lo expuesto explicando la psicopatía como una manera de anestesiar el dolor por la angustia de sentimientos no reconocidos por la persona. Es decir que mas allá de lo que afirma la clásica descripción, estamos hablando de personas que sufren pero que por diferentes motivos, en mayor o menor medida, eligen utilizar este tipo de vínculo en vez confrontar su propio dolor.


COMO HACER FRENTE A LA PSICOPATÍA/CAZANDO PSICÓPATÍA:

Es sabido que no podemos predecir el futuro, y mucho menos el de una persona, la libertad existe, la conciencia continúa siendo ese misterio que ni la ciencia, ni la filosofía, ni la religión, podrán jamás explicar del todo. Ahora bien, desde el modelo sistémico podemos entender a la psicopatía como un sistema en si mismo, análogo a una enfermedad que se instala, atrapando a la persona que la utiliza. Las patologías, a diferencia de las actitudes libres y saludables de cualquier ser humano resultan altamente predecibles. Es ahí donde encontramos el talón de Aquiles de la psicopatía: Su modo de actuar rutinario y predecible. Don Juan le planteaba a Castaneda que se puede cazar todo aquello que se maneja de una manera rutinaria y predecible. Precisamente ese, cazar, será el objetivo de lo que resta de trabajo.

Veremos pues, tres estrategias para adelantarnos a los mecanismos descritos más atrás y una cuarta que nos permitirá, si así lo deseamos, marcar la diferencia.


EL RECONOCIMIENTO

No podemos combatir aquello que no somos capaces ver. Si nuestra presa actúa de manera invisible, rodeada de sombras, nuestra caza resultará a todas luces un absoluto fracaso. Para hacerlo exitosamente además de conocer la descripción de las características anteriormente dadas, será necesario que nosotros mismos nos hagamos cargo de los momentos en los que hemos actuado de dicha forma. En otras palabras “Ver la viga en nuestro ojo antes que la paja en el ajeno".

Atrevernos a mirar en lo más oscuro de nosotros
mismos para así poder empezar a ver lo oscuro
en nuestros adversarios.
Con esto quiero decir que la psicopatía no vino precisamente de Marte, muy al contrario, resulta una patología altamente arraigada, tolerada y hasta fomentada en nuestra sociedad. Cuando un niño es burlado o cruelmente humillado por sus compañeros de escuela, cuando en un noticiero nos aterra con sensacionalistas imágenes de delitos, instalando, a causa de oscuros intereses corporativos, el miedo en la sociedad, cuando un jefe nos hace sentir una vivencia de incomodidad permanente… nos estamos encontrando con el cotidiano drama de la psicopatía.

El “Arte de la guerra” de Sun tzu, nos dice: Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo. De la segunda parte de esta afirmación se puede concluir que no podremos jamás detectar en el otro, aquello que negamos tener o haber tenido en nosotros mismos. La negación crea la pantalla de humo suficiente como para que la psicopatía se instale. Al dejar de negar, haciéndonos conscientes y responsables de lo peor y más doloroso de nosotros mismos, damos el primer paso hacia nuestro objetivo.


EL CONTEXTO.

La palabra contexto hace referencia a las circunstancias que rodean a una situación cualquiera, es dicho de otra forma, el fondo que le da sostén a la figura. No es lo mismo sonreír en mi cumpleaños que en un funeral. La sonrisa puede ser la misma pero el contexto, es decir, lo que pasa alrededor de la sonrisa, cambia completamente el mensaje. Si imaginamos una niña bonita (como cada cual se la quiera imaginar) jugando alegremente en el suelo de nuestro salón, probablemente sintamos ternura, ahora bien, si probamos a visualizarla en un cementerio a las tres de la mañana con toda seguridad afirmo que nuestra interpretación de la imagen o mensaje cambiará completamente.

Trescientos pueden derrotar a miles
si cuentan con el contexto a favor.
Si entendemos el contexto es analógicamente como una cancha de fútbol. El vencedor será aquel que controle al árbitro. Jamás podremos ganar ningún partido o batalla con el contexto en nuestra contra.

La psicopatía conoce la importancia de los contextos, sabe que es más conveniente jugar en cancha propia y por eso trata de hacerlo continuamente. De hecho a las personas catalogadas como psicópatas les encanta sentirse omnipotentes (ver “mente omnipotencia y mente segada para sacar conclusiones”). Sentir que controlan todo aquello que existe a su alrededor. Esta es la razón por la cual estas personas se ven enormemente atraídas por los lugares de poder.

El buen cazador, selecciona el territorio donde las variables del terreno jueguen a favor de su estrategia. Para defendernos de la rapidez y de la manipulación de la psicopatía, lo más conveniente será “crear nuestra propia cancha” es decir, contar con un contexto a nuestro favor, donde las normas y el árbitro pertenezcan a nuestro equipo.

Un cazador conoce las rutinas de su presa.
Como ya he expresado más arriba, las marcas principales del vínculo psicopático son la manipulación, la rapidez y la capacidad de inyectar sentimientos en los demás. El uso de dichas marcas le dará al atacante valiosos segundos de ventaja, pero si en nuestra Comunidad tenemos normas claras (contexto) y las respetamos, podremos descansar en ellas, no teniendo así que competir en rapidez y en maldad, nos digan lo que nos digan solamente tendremos que repetir cual disco rayado que nuestras normas personales o las de nuestra comunidad, no nos permiten actuar de dicha forma, que entendemos la postura pero que estamos atados por ellas (ejemplo: “lo lamento pero este año ya decidí no prestar más dinero” o “las normas de mi comunidad no me permiten hacer esto que me pides que haga”.

Aquellos que nos hemos tenido que enfrentar con este tipo de forma de relacionarse, nos vemos con el tiempo obligados a ir tomando decisiones en las que más tarde podremos "descansar". Una vez tomadas no es necesario pensar ni ser más rápido que el psicópata, solo hay que consultar lo anteriormente definido y apoyarse en ello.

La psicopatía ataca la capacidad de tomar decisiones de las otras personas, ataca pues, a libertad, base central del alma Kantiana. Puede que suceda solo por unos segundos-o muchos años- pero a veces eso basta para arrancarnos algún tipo de compromiso. Si en momentos así, una vez identificada, podemos descansar en “las normas de nuestra comunidad” o en las decisiones previas que tomamos, seremos inmunes a la manipulación.

Para que esta estrategia funcione será enormemente importante no debatir. No tendremos que contestar nada de lo que la psicopatía nos plantee. Solamente diremos que “entendemos” pero que nuestras normas o las del contexto al que pertenecemos son las que mandan. Las normas son entidades, constructos mentales, no tienen cuerpo, no contestan y lo que es más importante. No se pueden manipular. De esta forma La psicopatía entendida como sistema vincular de tipo mental choca con la norma, ya que esta actúa como una entidad limitante de orden jerárquico superior.


COMPASIÓN/LÁSTIMA

De todos los aspectos de la psicopatía, el más doloroso, aquel que mayor sufrimiento causa, es el de la capacidad de inyectar el propio infierno en los demás. La sensación de injusticia y humillación, ahoga la víctima capturándola durante años en un bucle que actúa como cárcel eterna, encerrando a la persona dentro de angustiantes pensamientos.

¿Cómo defendernos de esto?

Más que entender, teóricamente, deberemos “sentir” muy adentro de nosotros, que el malestar, veneno, infierno etc. que nos quieren introducir, no es nuestro. Nunca lo fue ni lo será. Cuando “sentimos” esta verdad, la corporalizamos, el veneno vuelve al que fue siempre su dueño.

La persona que usa la psicopatía sufre un infierno adentro mil veces proporcional al que nos quiso hacer sentir. Son personas que “no se aguantan” a si mismas. Es por eso que siempre tratan de buscar gente a la que involucrar en asuntos dolorosos.

De hecho, como hemos dicho más arriba., su sufrimiento es tan grande que suelen recurrir al consumo de drogas o a las apuestas para “no sentir” o “anestesiar” el dolor. Para muchos de ellos, la adicción es a veces la mejor manera para no encontrarse con su propio infierno.

Repeler el pedazo de infierno personal colocado se puede dar a través dos posiciones existenciales distintas: La compasión o la lástima. Esto dependerá de los valores, biografía y características del atacado en cuestión.

La forma en la que respondamos al veneno de la
psicopatía dependerá de nuestra naturaleza interna.
La compasión se adecua más a las personas con morales religiosas, personas que abiertamente manifiestan su deseo de hacer un bien y rechazan abiertamente conductas a las que denominan "mal". Esta posición se basa en sentir el dolor de la persona utilizadora del mecanismo, compadeciéndose con amor ante tamaño sufrimiento, para mucha gente buena y honesta que he conocido a lo largo de estos años, este ha sido un camino que les ha permitido un importante acercamiento a la consecución de una plenitud psicológica, existencial y espiritual.

El otro camino, es el de la lástima, ésta entendida como profundo y cruel desprecio. No hay, para muchos, mejor método que observar al atacante, con toda calma mientras esbozamos una leve sonrisa regodeándonos en el placer de poseer la claridad de saber que su infierno, es millones de veces mayor, que jamás sabrá lo que verdaderamente és y será sentirse auténticamente vivo. Os prometo que si hacéis esto, las señales propias de la comunicación no verbal harán su trabajo y la presa (el psicópata en cuestión) lo sentirá, "sabrá que nosotros lo sabemos". Y le dolerá.

Yo que he probado las dos posiciones, que con los años me he ido decidiendo por una de ellas (me abstengo de rebelar cual), solo puedo deciros que la comodidad que sintamos por una o por otra dependerá de la naturaleza de cada psicólogo, artista o cazador.


LA SALUD

Como ya he dicho desde el principio, utilizar la psicopatía no nos hace necesariamente psicópatas. Es más fácil que nos toque la lotería que encontrarnos con un completo psicópata. Todos en esta vida estamos hechos de luces y sombras. Hasta en las personas más oscuras, indagando, podremos encontrar aspectos positivos y saludables. Por ejemplo, una persona que usa en extremo la psicopatía puede tener una relación saludable con sus hijos, con un hermano etc.

En todos nosotros existe un lugar donde
habita la utopía de una paz interior.
Que una persona utilice la psicopatía con nosotros y fracase en su intento, logra que la patología, como sistema, se debilite. Le damos así una oportunidad a los más humano del sujeto para dar sus primeros pasos en la salud, propiciando que la situación de esta persona mejore. Así que si sobrevivimos a la manipulación, a la rapidez, al sucio veneno; si tenemos compasión por el sufrimiento de estas personas y además queremos hacer algo más; en ese caso, una cosa que podemos hacer es fomentar su parte más saludable. Tirar de ese brazo de salud que la parte humana de la persona nos muestra para sacar a flote el resto del cuerpo, abriendo para nuestra presa una salida, permitiéndole transitar el camino hacia su propia redención.

Siempre hay lugar para la esperanza.

Vuestro humilde servidor.

Lic. Unai Rivas Campo.


domingo, 1 de agosto de 2010

MENTE, OMNIPOTENCIA Y MENTE SESGADA.

Ayer leía un artículo de mi viejo amigo el Filosofoloco, planteando como esta sociedad estaba dominada por el empirismo y ausente de capacidad de raciocinio. Asociando al empirismo con la credulidad de la sociedad actual, acrítica y aletargada y al racionalismo por otra parte, con una visión escéptica y contestataria opuesta al primero. Concuerdo plenamente con el espíritu transgresor de su escrito, sin embargo me gustaría añadir algunas cuestiones que sus líneas me hicieron reflexionar...


Desde la práctica psicológica, al menos como yo la entiendo, es el racionalismo el que ha triunfado. En un mundo donde a efectos prácticos la auto percepción mente/cuerpo ha sido dividida por la cultura occidental, en el trabajo diario del psicólogo los problemas derivados del excesivo uso de la razón, resultan los principales causantes de demanda de ayuda. Trataré de explicar de la manera más clara posible pero sin abandonar el rigor profesional que la tarea requiere, algunas de las falencias de la razón, y como ésta, puede resultar enormemente perjudicial para la salud humana.


LA MENTE:

Aquello a lo que comúnmente llamamos "mente" no responde precisamente a una sola definición. Ni siquiera ha sido un concepto invariable a lo largo de los siglos. El moderno concepto de mente ha sido construido.

Son multitud los  pueblos que afirman
"pensar" con el estómago o con el corazón.
Desde hace milenios, distintas escuelas de pensamiento explicaron a su manera su visión particular acerca de la existencia, funciones y límites del alma. Dentro de toda esta ecología de ideas y modelos de pensamiento existentes, tantos como pueblos hubo en este mundo, ha habido entre ellos uno que le ha ganado la carrera al resto: El dualismo mente/cuerpo occidental.
Desde la escuela pitagórica, pasando por platón y llegando a su plenitud a partir del pensamiento cartesiano, la visión que occidente construyó sobre el primigenio concepto de alma fue la de una mente separada del cuerpo. Esta epistemología, una posible entre muchas otras, ha moldeado de forma radical la vida psicológica del hombre occidental.

En la mente occidental no existe espacio para las emociones ya que estas pertenecen al cuerpo. En consecuencia, se razona y se siente de manera desintegrada. Está fisura ha creado dos  realidades. Posibilitando a la "mitad mental" del psiquismo occidental obtener logros científicos y tecnológicos nunca antes vistos en la historia de la humanidad.

¿A qué se debe el hecho de que ésta mente occidental, separada del cuerpo haya podido generar tamaña diferencia científico-tecnológica respecto a las anteriores civilizaciones humanas?

Creo tener una respuesta posible.


LA OMNIPOTENCIA.

Decía Descartes, con el objetivo de demostrar la existencia de Dios, que en nuestras mentes se daba la idea de perfección. Más allá del debate sobre si el argumento presentado por el genial filosofo resulta hoy válido o no para tan importante demostración, podemos concluir que existe un rasgo de carácter omnipotente en lo que me gusta llamar la "mente sesgada", debido a su artificial separación respecto del cuerpo.

Puedo PENSAR que vuelo, que salto 10 metros... ¿Puede mi cuerpo
realizarlo? Esta omnipotencia solo existe en nuestra "mente sesgada.
"La mente sesgada" (esa que hoy todos los occidentales en mayor o menor medida poseemos) es por tanto a su manera, omnipotente. Todo puede ser pensado, todo puede razonado, todas las posibildades evaluadas. En resumidas cuentas: Todo, todo y todo. La super-inteligencia que hoy poseemos gracias a esta mente sesgada-omnipotente se contagia de padres a hijos cual virus informático transgeneracional. Es por esto que nuestra generación se adapta a las nuevas tecnologías con mayor facilidad que la de nuestros padres pero a su vez, con mayor dificultad cuando nos comparamos con nuestros hijos.

Hasta ahora hemos visto los "pros", ahora ¿Cuales son los contras?


LA "MENTE SESGADA".

Querría responder a esta pregunta mediante el siguiente planteamiento de la naturaleza:

Los ecosistemas existen en una relación de
delicado equilibrio. Todo intento de control
los desbarata.
"A un bosque tranquilo llega a vivir un grupo de zorros y otro grupo de conejos, los zorros comienzan a cazar conejos, cuando los zorros comen demasiados conejos hay poca caza para repartir, de manera que por falta de comida algunos zorros mueren, cuando eso ocurre la población de conejos vuelve a aumentar... así sucesivamente se da este proceso generación tras generación, hasta que finalmente la población de conejos y de zorros alcanza un delicado equilibrio natural".

Ahora bien, ¿Que ocurre cuando a los conejos se los dota de mente sesgada (MS)?
"Los nuevos conejos no se sienten cómodos con las reglas de este juego, se quejan de la inseguridad, así que comienzan a fabricar gracias a su nueva mente sesgada un cañón con el cual eliminar a los zorros. Un día la población de zorros desaparece, la de conejos, al carecer de depredadores, aumenta exponencialmente generación tras generación hasta no quedar una sola planta o semilla que mascar. Para evitar las hambrunas, comienzan a sembrar la tierra cosa que aumenta de nuevo el número de población y obliga a sembrar más hasta que la tierra comienza a secarse, llevando a los conejos a madurar la posibilidad de invadir bosques vecinos..."

Los conejitos del segundo relato trataron de controlar su medio ambiente, su bosque, en su favor. A su manera, quisieron jugar a ser dios mediante la aplicación del control, es decir usando la MS.

El deseo omnipotente se manifiesta a través
del control. El control, se manifiesta
a través de la crueldad con nostros y los demás.
La mente sesgada pervierte cualquier equilibrio natural ya sea de tipo ecológico, social y lo que más nos importa a nosotros: Psicológico. Esta MS, que es omnipotente y que por ello no acepta las limitaciones de nadie, odia los "no", carece de conexión con los sentimientos y trata de manejar sus vínculos desde el control, queriéndose salir siempre con la suya. Al relacionarse mejor desde el control, se siente más cómoda con los objetos, controlándolos y tratando a las personas cercanas de igual manera, como cosas. Sin dejar de lado los componentes intrapsíquicos, existenciales y espirituales (de los que hablaré en otro post), podemos entender todas la nuevas patologías neuróticas de nuestro mundo mediante el estudio de las características de la MS.

A menos conciente es una persona de sus afectos, más lugar ocupa la MS en su vida y viceversa. Nos pasamos días y noches enteras pensando, razonando justamente para no Ver la verdad. Esa que nuestro cuerpo a través de los sentimientos quiere expresar. Pensando para no saber, enloqueciendo de tanto razonar... Los adictos por ejemplo, controlan objetos (droga, juego etc.) y valiéndose de ese control mantienen a raya al menos por un tiempo a sus emociones. Algo análogo a lo que hacen las anoréxicas y bulímicas con la comida. Los ataques de pánico,  hacen que la persona permanentemente este "pensando", atenta a la aparición del ataque, controlándolo. Control, control y más control.

Las mayores atrocidades se comenten en nombre la justicia.
Así podría estar horas escribiendo múltiples ejemplos aclarando detalles... sin embargo no quiero alejarme del objetivo inicial de estas líneas: Plantear la duda sobre la fe ciega que los occidentales tenemos en lo que habituálmente conocemos por mente lógica o razón. Una razón, alejada de nuestros sentimientos, sesgada e incorpórea. Tan absurdamente idolatrada que me obliga a señalar que las mayores atrocidades de la historia no se han cometido en nombre de la fe como comúnmente se nos ha hecho creer. Si no, mirad hacia Iraq, Vietnam, Camboya etc. masacres cometidas en nombre de intereses económicos, alejados del sentir de sus pueblos. Enmascarados muchas veces con mayor o menor sinceridad tras un "ideal" "justo". En otras palabras, perversas aberraciones escondidas tras el manto protector de la razón.

He tradado así de plantear a los lectores una duda razonable acerca de la epistemología racionalista occidental, dando a conocer los efectos nocivos que causa en la salud de las personas. 

Finalmente solo añadir que quiero creer en el día en que como diques reabsorbidos por el mar, los sueños volverán a nuestras conciencias, debastadores e imparables arrasarán con la gris lógica de nuestra decadente civilización. La "inteligencia" occidental está llegando a su límite, y mientras muchos se desesperan por la angustia que les provoca no poder parar de pensar, algunos cominezan a dar sus primeros pasos de regreso hacia su corazón.

Unai Rivas Campo.